Un contribuyente valenciano puede ahorrarse en impuestos hasta 54.809 euros si fija su domicilio fiscal en Madrid. La divergencia tributaria que existe entre Madrid y la Comunitat Valenciana ha provocado que la capital de España esté captando grandes patrimonios. Un informe del Registro de Economistas y Asesores Fiscales (Reaf) confirma con números las denuncias de la Generalitat de que Madrid ejerce competencia desleal por actuar como una especie de «paraíso fiscal» al utilizar su posición económica de ventaja para rebajar impuestos y atraer contribuyentes cualificados. Un contribuyente con ingresos de 220.000 euros y con cuatro millones en bienes tributa en Madrid por IRPF y por patrimonio 54.809 euros menos cada año que si reside en Valencia.
La fiscalidad de Madrid es la consecuencia de la política que, sobre todo desde 2005, practicaron los gobiernos autonómicos de Esperanza Aguirre y continuaron con los de sus sucesores Ignacio González y Cristina Fuentes. Los dirigentes madrileños usaron las capacidades de modificar los impuestos que tienen las regiones para rebajar el IRPF y los impuestos que gravan el patrimonio y transmisión.
Según ha podido comprobar Levante-EMV, hasta seis impuestos son la mitad de gravosos en la comunidad que preside Cristina Cifuentes frente a la presidida por Ximo Puig.
En el impuesto de patrimonio, la comunidad gobernada por el PP con el apoyo de Ciudadanos mantiene una bonificación del 100 % por lo que no pagan un euro. El Consell de Puig creó una tarifa propia que incrementa un 25 % ese tributo y redujo de 700.000 euros a 600.000 la cuantía del mínimo exenta de pago. Todo para recaudar de las grandes fortunas 29 millones de euros más. Si un contribuyente valenciano tiene cuatro millones de euros en bienes pagará 47.646,32 euros.
La Generalitat aligeró el IRPF para las rentas bajas y lo subió para las más altas. Un empresario, rentista o ejecutivo que ingrese 220.000 euros brutos al mes tributa por IRPF 84.255 en Madrid frente a los 91.388 euros que tiene que abonar en Valencia.
Por lo que respecta al impuesto de sucesiones y donaciones, Madrid continúa con un 99 % de bonificación mientras que la Generalitat mantiene el 75 % de esta reducción de la presión fiscal. El «dumping fiscal» que atribuye el Consell a Madrid comenzó por la eliminación casi total del impuesto de sucesiones para hijos y cónyuges a partir de 2005. Entonces, la comunidad madrileña concentraba el 36,3 % de los contribuyentes ricos de España. Hoy esa proporción es del 41,1 %
