Pronto hará trece años de la inauguración en un palacio de la calle Caballeros de la nueva sede de la Federación Gremial de Panadería y Pastelería de la Provincia de Valencia (Fegreppa). Hasta el año 2000, esta entidad provincial había ocupado un espacio en la sede del histórico (1462) Gremi de Forners de València ciudad, en la calle Governador Vell.
La federación era la 'madre', la entidad que agrupaba a los más de 40 gremios locales y comarcales de la provincia, pero tenía su sede en casa del gremio de la capital. Sin embargo, la desconfianza entre las directivas llevó a la ruptura. El Gremi se salió de la federación y éste se tuvo que buscar otra casa.
No fue una mudanza humilde. Se compraron un palacete en la calle Caballeros, muy cerca de todo el poder político que emana de la plaza Manises, donde conviven el presidente de la Generalitat y el de la diputación.
La entidad provincial contó con el calor público, en forma de cientos de miles de euros durante años para sufragar «la financiación de la sede social». Además de otras líneas de subvención y ayudas a formación, Fegreppa recibió durante años 210.000 euros a cuenta de los presupuestos de la Generalitat. Además, la caja pública CAM prestó dinero, y la SGR puso su aval.
Nadie faltó a la cita con un gremio tan popular un domingo de mayo de 2004. El presidente Camps; la alcaldesa Barberá; el presidente de la diputación, Fernando Giner; los consellers de Agricultura e Industria, Gema Amor y Miguel Peralta, y los ex Fernando Castelló, y María Ángeles Ramón-Llin, entre otros. El arzobispo García Gasco bendijo la sede. Camps usó la parábola de los panes y los peces. Hasta los panaderos tenía un palacio.
