El expresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) Julio Segura y el que fuera su número dos, Fernando Restoy, explicaron ayer que el organismo ejerció un mero control formal en la salida a Bolsa de Bankia y no estaba al tanto de los trabajos de supervisión del Banco de España. Así se expresaron instantes después de la comparecencia de ambos como investigados -antes imputados- el abogado de la acusación que ejerce la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), Andrés Herzog, quien dijo que tanto Segura como Restoy incidieron en que la CNMV no tiene capacidad de cuestionar unas cuentas auditadas por Deloitte y supervisadas por el Banco de España.

Según Herzog, reconocieron que la relación entre organismos era fluida, aunque «se han desmarcado» del regulador al asegurar que la CNMV se limitó a aprobar un folleto en el que se indicaban todos los riesgos posibles, detallados de una forma muy prudente.

Un mero control formal al que se refirieron Segura y Restoy, señalando en todo momento al folleto, que avalaba la existencia de un colchón de provisiones suficiente, de unos 7.000 millones de euros, cuestionado por los peritos judiciales aportados por el Banco de España. Los dos exdirectivos de la CNMV, que respondieron durante casi una hora cada uno a las acusaciones populares y a sus abogados, ya que ni el juez Fernando Andreu ni la Fiscalía ni el FROB efectuaron preguntas, dijeron desconocer los correos internos del Banco de España previos a la salida a Bolsa.

En alguno de ellos, el inspector José Antonio Casaus cuestionaba la «viabilidad» del grupo BFA-Bankia y la decisión de sacar a Bolsa la entidad financiera a sus superiores.