El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, dejó entrever ayer que, si se produce un ajuste de oficinas y personal tras la absorción del Banco Mare Nostrum (BMN), el impacto no será de calado en la zona donde se producen más duplicidades en las dos entidades. En un encuentro con los medios de comunicación previo a la junta de accionistas que tendrá lugar hoy en el Palacio de Congresos de València, Goirigolzarri recordó que la unión de ambas entidades, en las que el fondo público FROB tiene un 65 % del capital, comporta pocas duplicidades de oficinas, dado que BMN tiene centrada su actividad en Murcia, Granada y las Islas Baleares, territorios en los que Bankia tiene poca presencia. La única zona en la que hay mayor coincidencia de sucursales es en la provincia de Alicante, pero en este caso la suma da una cifra de 120 oficinas y, aún así, la entidad solo tendría en la zona la cuarta red de establecimientos.

Pese a este matiz, el presidente de Bankia no hizo ninguna otra precisión sobre la mencionada operación, que calificó de «buena en todos los sentidos», dado que no será hasta hoy cuando el consejo de administración, antes de la junta, analice por primera vez esta operación. A partir de ese momento, se abrirá un período de dos meses de valoración de la entidad absorbida hasta que el citado órgano -y el de BMN- aprueben la fusión. En julio o septiembre las juntas le deberán dar el visto bueno y, tras las autorizaciones, será a finales de año cuando sea una realidad el nuevo banco.

Goirigolzarri, que hoy será reelegido por cuatro años y que ayer expresó su compromiso con Bankia, se mostró claramente favorable a la privatización de la entidad y, en consecuencia, en contra de su mantenimiento como banco público. Aseguró que el FROB y el Gobierno han sido «impecables» y nunca han interferido en la gestión. En su defensa de Bankia como banco privado destacó que esta condición «asegura la profesionalización de la gestión» y puso un ejemplo al respecto. Fue en mayo de 2012, el día en que fue nombrado presidente tras la intervención por parte del FROB. Entró a la reunión del consejo de la matriz de Bankia -BFA- y, pese a «llevar treinta años en el sector, no conocía a ninguno» de los más de veinte vocales -seis de ellos procedentes de la extinta Bancaja- que conformaban aquel órgano de gobierno, integrado en su mayoría por expolíticos y sindicalistas. «Por eso estoy en contra de utilizar un banco comercial como Bankia como instrumento de política económica».

Por otro lado, el presidente de la entidad financiera aseguró que no cree que este año se note un impacto en la economía española por el Bréxit y la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, porque los efectos de este tipo de fenómenos se notan a medio plazo. Asimismo, afirmó que las fusiones bancarias no son «estrictamente necesarias» en este momento y señaló que la entidad valorará tras el verano su política crediticia a promotores, cuyo veto desparece el año que viene.