En su último boletín económico, que incluye el informe de proyecciones macroeconómicas para el período 2017-2019, la entidad avanza que la economía española creció el 0,8 % entre enero y marzo, una décima más que en el último trimestre de 2016, gracias a la fortaleza del empleo, que ha seguido favoreciendo el tirón de la demanda interna y, en especial, del consumo de los hogares.

El director general de Economía y Estadística, Pablo Hernández de Cos, explicó ayer en rueda de prensa que el repunte de la inflación podría desacelerar ligeramente en el corto plazo el consumo privado, si bien ha considerado que en una situación de subida «transitoria» de los precios es más probable que los hogares tiendan a ahorrar menos en lugar de reducir el gasto.

La buena evolución de la demanda nacional, unida a las mejores condiciones financieras, será la causa de la prolongación de la fase de crecimiento de la actividad y el empleo de la economía española desde 2017 hasta 2019. Para los dos próximos años espera un crecimiento de la economía más moderado, hasta el 2,3 % y el 2,1 %, respectivamente, dos y tres décimas más de lo previsto inicialmente, mientras que para este año, el Banco de España deja atrás su estimación del 2,5 %, que coincidía con la que actualmente mantiene el Ejecutivo.

Del 2,8 % previsto para 2017, 2,3 puntos porcentuales serán aportados por la demanda nacional (una décima más que en las anteriores previsiones de diciembre), en tanto que el sector exterior contribuirá con 0,5 puntos porcentuales (dos décimas más).

Por otra parte, el mercado laboral mantendrá este año un elevado ritmo de creación de empleo y el avance de la ocupación haría que la tasa de paro bajara al 13,9 % a finales de 2019, mientras que este año y el que viene se situaría en el 16,7 % y 15,4 %, respectivamente. El Banco de España confía en un crecimiento moderado de los salarios y avisa de que la inflación en 2017 podría cerrar en el 2,2 % en tasa interanual.El IPC mantendrá una senda alcista este año por los precios energéticos.