El comercio exterior valenciano recupera fuelle tras el frenazo del final de 2016 y arranca este año con un crecimiento del 5,1% en los dos primeros meses. Ese incremento está muy por debajo del de España, que exhibe una mejora del 12,6%, según el informe de la Dirección Territorial de Comercio de la C. Valenciana, con datos al cierre de febrero.
Aunque con menos brío, la C. Valenciana vuelve a cifras récord, con unas ventas de casi 5.080 millones. Las importaciones han crecido más aún, un 9,7%, pero la balanza comercial sigue en positivo. De hecho en lo que va de año la C. Valenciana ha recuperado el liderazgo en superávit comercial, que en 2016 perdió en favor del País Vasco. Este dato es especialmente relevante, teniendo en cuenta que España es un país con balanza comercial negativa, y una tasa de cobertura por debajo del 90%. Los valencianos, en este sentido, venden al extranjero mucho más de lo que compran. Respecto a otras comunidades, Andalucía está acechando la segunda posición valenciana como principal motor exportador tras Cataluña.
En cuanto a los sectores, en enero y febrero Ford vuelve a ofrecer las magnitudes del pasado año y la exportación de coches crece un 26%. Se resiente sin embargo el sector de componentes del automóvil, que cae un 22,7%. También la venta de cítricos ha retrocedido un 5,1% en 2017, fruto de la caída de producción derivada de las heladas y temporales de lluvia y nieve.
No hay sorpresas en cuanto a los destinos de la mercancía valenciana. Alemania es el primer cliente y creciendo (+11,2%). Eso sí, ni rastro del efecto brexit. Según parece la contracción del mercado por la devaluación de la libra no afecta a los productos valencianos. En febrero, las compras británicas de productos valencianos se dispararon un 87,3%. Hacia Estados Unidos, sin embargo, sí han caído las ventas un 7,7% justo tras la toma de posesión de Trump.
