Aunque las cifras de recaudación obtenida por quienes han protagonizado este ataque son «ridículas» -en algunos foros del sector se habla de unos 50.000 euros en total-, las empresas sí están sufriendo un impacto considerable. No en concepto de rescate, sino por el impacto en la marcha habitual del negocio.

«Cada hora que pasa una empresa sin trabajar es lucro cesante. El viernes muchas empresas dejaron de trabajar, algunos por razones objetivas y otros por paranoia. Llevamos días parcheando sistemas, revisando sistemas de seguridad. Son horas improductivas», explica José Rosell, principal ejecutivo de la empresa valenciana de ciberseguridad S2 Grupo, contratista de la Generalitat pero también con una amplia cartera de clientes entre la gran empresa. Esa noción, la de las horas perdidas, ha sido más visible en el sector público, con algunos servicios como la justicia paralizados por las medidas puestas en marcha para evitar la propagación, o miles de funcionarios sin correo ni acceso a la red.

Al margen de esto, señala el experto, están los 300.000 equipos que se estima que han sido infectados en todo el mundo, en los que se ha producido una pérdida de información y recursos porque se ha cifrado. Y, finalmente, se encuentra el daño en concepto de imagen en las compañías de servicios estratégicos que se vieron afectadas el pasado viernes.

En cuanto a las posibles réplicas del ataque parece que lo peor ha pasado. Han sido China y otras zonas de Asia donde se vivió el pasado lunes una «segunda oleada» con lo que se ha llamado el WannaCry 2.0». Pero en lo que respecta a España, «no hemos visto un malware de este tipo». «Aquí se han visto pequeñas variantes», pero ha sido más sencillo hacerle frente. «Son coletazos de aficionado. No son mutaciones serias. La única, la del área asiática del lunes», señala Rosell. «Cuanto más tiempo pase más preparados estamos para contener la propagación. Los niveles de parcheo [actualización de los sistemas operativos para corregir errores] son altísimos», añade.

Y como balance final de la crisis, concluye: «Diría que en la C. Valenciana no ha habido una gran afectación. Las administraciones y las empresas respondieron rapidísimo, el mismo viernes. No hubo oportunidad ni de que empezase. De lo que hemos tenido noticia son pequeños incidentes».