«Solo para adultos, tranquilidad garantizada»; «pack romántico, jacuzzi, chimenea». «Hotel adults only (a partir de 16 años). Disfruta de lo mejor de ser adulto». Estos y otros reclamos dan forma a un tipo de oferta vacacional que cada día tiene más seguidores. Junto a los hoteles children friendly, aquellos que buscan captar a las familias que viajan con niños pequeños, comienzan a proliferar los adults only, esos que se ofertan como un refugio vacacional lejos del ruido de los niños de otros; o directamente como un oasis para padres que quieren desconectar unos días.

Y el asunto ha entrado en la arena política. Con motivo de la tramitación del anteproyecto de ley de Turismo, ocio y hospitalidad de la C. Valenciana que pasa esta mañana por el pleno del Consell, el departamento de Igualdad y Políticas Inclusivas de dirige Mónica Oltra ha presentado una alegación contra este tipo de establecimientos.

«Habría que regular activamente los derechos de la infancia y regular la prohibición de segregar y discriminar por razón de edad en el ámbito turístico, como por ejemplo, servicios para mayores de 18 años sin niños ni niñas como reclamo turístico», explica la alegación firmada por el secretario autonómico de Inclusión e Igualdad, Alberto Ibáñez.

«El turismo inclusivo engloba más que el turismo accesible [...]; está vinculado a la gestión inclusiva que permite el desarrollo de la actividad turística en la igualdad de trato y la no discriminación», refuerza el texto.

La enmienda no ha prosperado. La Agència Valenciana de Turisme (AVT) la ha descartado de plano al tratarse los establecimientos hoteleros de espacios «de pública concurrencia», con lo que «esta alegación no se puede contemplar por que se da por hecho» que no se puede prohibir el alojamiento a nadie, señalan desde el departamento que dirige Francesc Colomer. «Otra cosa es que comercialmente el hotel decida segmentar, es decir, ofertarlo para solteros, familias, parejas, gays, etc. Ahí no podemos entrar», añaden las mismas fuentes.

Ya sea entendido como una oportunidad de mercado para determinado público o como una forma de discriminación, lo cierto es que este tipo de oferta se está consolidando. Tiene mercado. «Apostamos por este perfil cuando abrimos hace cuatro años y seguimos porque sí que tiene su público», señala el responsable de una casa rural del interior de Castelló que explota este nicho de mercado.

El modelo del adults only prolifera en entornos rurales, espacios de tranquilidad, pero también en complejos vacacionales de playa. La Costa Blanca es el área donde más abunda este tipo de oferta, que cuenta con cerca de una veintena de establecimientos en todo el territorio valenciano.

Las fuentes del sector consultadas niegan una vocación discriminatorio. Insisten, de hecho, en que quienes forman su clientela habitual son precisamente padres. «Son el 90% de los que vienen», aseguran, al tiempo que destacan que se trata de una apuesta comercial. «Es arriesgado porque te quitas público potencial. Pero la mayoría de gente tiene niños, menores de 14 años. Cogen un fin de semana para ellos y desconectan».

Al margen de esta cuestión, desde la Conselleria de Políticas Inclusivas se ha reclamado también sin éxito que la nueva norma trate de prohibir la externalización de servicios básicos, como la limpieza o la cocina de los hoteles. El objetivo es «luchar contra la feminización del empobrecimiento». También pide el texto un uso del lenguaje no sexista en los reclamos turísticos, como el «tots a una veu» de la Generalitat, que «excluye a las mujeres».