La exconsejera del Banco de Valencia Agnès Noguera dejó ayer en mala posición a quienes fueron el presidente y el consejero delegado de la entidad antes de su intervención: José Luis Olivas y Domingo Parra, respectivamente. También ante el juez Santiago Pedraz que instruye la causa por la querella de la asociación de pequeños accionistas Apabankval, Olivas había afirmado que el consejo nunca tuvo conocimiento de la peligrosa pendiente por la que se inclinaba el banco, mientras que Parra aseguró justo lo contrario, es decir, que informó de las inspecciones del Banco de España y de sus exigencias. Pues bien, Noguera admitió ayer que el exconsejero delegado sí informó al consejo, pero de forma insuficiente. Dicho de otra manera, «se decía que había discrepancias con las inspecciones», que los copropietarios creían que era rutinarias, pero no lo que luego se ha sabido de los informes del supervisor, según las fuentes consultadas.

La declaración de ayer de Noguera ilustra, por otro lado, la actitud de los empresarios que conformaban el consejo del banco, confiados ciegamente en las capacidades ejecutivas de Parra y en el paraguas que implicaba que el accionista mayoritario fuera Bancaja, cuyo hombre fuerte en el banco era el ex consejero delegado. Pese a expresar severas lagunas sobre la situación real de la entidad -la principal acusación contra ella y los otros exconsejeros es el maquillaje de las cuentas del banco- la propietaria de Libertas 7 ( de la que Parra fue consejero porque el banco tenía una participación en la inmobiliaria) admitió conocer que el Banco de España proponía como una de las vías para cubrir el agujero detectado en la entidad -inicialmente, de 200 millones- la realización de una ampliación de capital. Ahí desveló que los exconsejeros instaron a Olivas a que utilizara para cubrir esa necesidad de capital los 400 millones que le correspondían al banco del dinero público que el FROB (4.600 millones) dio a Bancaja y Caja Madrid para que se fusionaran en lo que luego fue Bankia. Esta última se negó porque quería que participaran los otros accionistas del banco.

Noguera, que aseguró que una de las grandes preocupaciones del consejo era que Bancaja, tras entrar en Bankia, había cerrado el acceso del Banco de Valencia a la liquidez, coincidió con el otro compareciente de ayer -el médico Manuel Olmos- en tratar de defender su postura con el argumento de que tenía un 5 % del capital y si hubiera sabido que el banco se hundía habría podido vender para no perder la inversión. Olmos solo contestó a su abogado, dijo que no supo nada del agujero y que se fiaba de los gestores, pero desveló que entró en el consejo para «controlar su inversión», que alcanzaba el 1 %. Con escaso éxito, visto lo visto.