El Popular ha decidido quitar presión a los posibles compradores y ha ampliado el plazo para presentar ofertas desde el 10 de junio hasta la última semana de ese mes, según confirmó la entidad. Alguna de las entidades interesadas, según precisó ayer El País, había mostrado su malestar por la premura del proceso que se abrió hacia el 17 de mayo pasado. No obstante, el banco sostiene que la fecha del 10 de junio ha sido un límite flexible y, de hecho, si hubiera alguna oferta claramente ganadora antes de la última semana de junio, se podría dar por cerrado el proceso sin llegar a final de mes.

Entre las diferentes alternativas estratégicas al alcance de Popular, una venta «troceada» del banco no está encima de la mesa, pues impediría capturar el máximo valor por la entidad, indicaron fuentes del sector. Esto implica que los interesados en el negocio de pymes de Popular, el primero del sector con una cuota próxima al 18%, deberán asumir también una cartera de activos improductivos por importe de 37.000 millones de euros (el 25% del total). Por tanto, la opción de segregar el negocio inmobiliario para ofrecérselo a los fondos buitre ha quedado totalmente descartada.

Entidades como Santander o Bankia han sido las que por el momento han mostrado una mayor disposición por hacerse con el negocio de Popular, aunque los interesados en la fusión podrían variar en función de cómo avance el proceso, que aún se encuentra en una fase temprana.

La fusión con la entidad presidida por Emilio Saracho supondría alcanzar o consolidar el liderazgo en España para cualquiera de las principales entidades del país, por lo que ninguno de los grandes bancos descarta en rotundo la operación, al menos de momento. Por el momento, el Popular no ha recibido ninguna propuesta concreta firme ni ha asumido ningún compromiso.