Las cooperativas agroalimentarias de la Comunitat Valenciana han concluido su último ejercicio con cerca 195.000 socios y 21.000 puestos de trabajo, de los cuales el 76 % son de carácter fijo o fijo discontinuo. Por provincias, Valencia aglutina el 54% del total, seguida de Castelló con el 35% y de Alicante, con un 11%, según reconoce el informe económico presentado ayer en la reunión de la asamblea general de Cooperatives Agro-alimentàries.

En la clausura de esta reunión, su presidente, Cirilo Arnandis, reclamó a la conselleria «mayor celeridad administrativa para la gestión de algunos temas importantes para el sector, como la aprobación definitiva de la Ley de Estructuras Agrarias o el Plan Director del Cooperativismo». También aseguró que será necesario un adecuado desarrollo normativo, así como dotaciones humanas y económicas necesarias para garantizar su viabilidad.

Arnandis comentó que «sin rentabilidad es imposible garantizar el relevo generacional que necesita nuestro sector. Sin relevo -agregó- se acelera el abandono de parcelas, y con ello la degradación de nuestro entorno y del paisaje». También aludió a su efecto en «la progresiva despoblación del medio rural y en un freno al impulso que ofrece el sector al conjunto de la economía valenciana» y resumió la situación actual afirmando que «sin rentabilidad el campo valenciano se muere».

En la asamblea general de las cooperativas participaron la consellera de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural, Elena Cebrián, así como el secretario autonómico de Agricultura y Desarrollo Rural, Francisco Rodríguez Mulero.