Geroresidencias está simplificando su estructura tras la llegada del grupo belga Armonea hace ahora un año. La firma de gestión de geriátricos, tanto privados como concertados por la Generalitat, aprobó la fusión entre la matriz y tres de sus filiales, Gerosaleta, Servicios Valencianos Sociosanitarios y Residencia la Saleta, según ha podido saber este periódico de fuentes oficiales.
Esta operación simplifica la estructura del grupo. Geroresidencias adquiere por sucesión universal el patrimonio de las firmas filiales, que se extinguirán, quedando subrogada en la titularidad de todos los activos, pasivos, derechos y obligaciones de las mismas. La matriz ya era socio único de las mismas. Christiaan Cools, en nombre y representación de Armonea Group, NV, es presidente del Consejo de Administración de Geroresidencias y administrador Único de las Sociedades absorbidas.
Los socios y acreedores de las cuatro sociedades tienen la posibilidad de obtener el texto íntegro del acuerdo de fusión adoptado y de los balances de fusión. Igualmente, los acreedores de las cuatro sociedades podrán oponerse a la operación aprobada.
Los belgas de Armonea aterrizaron el pasado año en la Comunitat Valenciana tras comprar al fondo de inversión Gala Capital su 85 % en la valenciana La Saleta-Geroresidencias. La transacción se realizó por unos 70 millones. El restante 15 % continúa en manos de la familia valenciana Ruiz, que continúa llevando la gestión diaria del grupo que ha crecido exponencialmente en los últimos dos años con las sucesivas adjudicaciones de la Generalitat.
La compañía belga fue creada en 2008, aunque su historia se remonta al año 1979, lo que significa que cuenta con 37 años de experiencia en el sector. Por su parte, Geroresidencias, fundada en 1997, gestionaba en el momento de la entrada del grupo Armonea, 28 recursos y servicios sociosanitarios en la Comunidad Valenciana, con más de 3.000 plazas entre residencias, centros de día y atención domiciliaria, y da empleo a más de 1.800 trabajadores.
La entrada del grupo belga fue un respiro para los accionistas valencianos porque la mayoría estaba antes en manos de un fondo de inversión, siempre menos propenso a permanecer mucho tiempo en la empresa y sobre todo con un interés por conseguir grandes beneficios en poco tiempo. Un detalle importante en una firma que trabaja en un sector tan sensible como los dependientes.
