Han tenido que pasar ocho largos años para que los economistas valencianos se muestren optimistas sobre el devenir de la economía autonómica. Concretamente, desde principios de 2009, el primer año de hundimiento en la crisis iniciada en el verano de 2007. Esta es la principal conclusión de la encuesta que semestralmente elabora entre sus asociados el Colegio de Economistas de València. En la última entrega, la economía de la Comunitat Valenciana recibe su primer aprobado en casi una década, aunque por los pelos (5,05 puntos sobre diez) y por detrás de la española, que se sitúa en 5,61. Por provincias, la mayor confianza la muestran los castellonenses (5,11), seguidos de los alicantinos (5,06). Los valencianos se inclinan por el suspenso (4,98). Las previsiones de cara al segundo semestre del año son más optimistas, dado que el aprobado de los colegiados es mayor para la economía valenciana: 5,31. Eso sí, la confianza es superior entre los socios que son empresarios y asalariados que entre los parados.

Como en encuestas anteriores, los colegiados destacan cuáles son los principales problemas que padece la economía valenciana. El primer lugar lo ocupa el paro, seguido muy de cerca por por la inadecuada dimensión y estructura de las empresas valencianas. El tercer lugar es para el déficit de infraestructuras y comunicaciones. El cuarto corresponde a la evolución de la demanda y el quinto, a los costes laborales. Por provincias, hay algunas diferencias. Así, en Castelló y València, el principal problema no es el paro sino la inadecuada dimensión empresarial.

Respecto al crecimiento, una mayoría de los encuestados (48,94 %) cree que la economía valenciana crecerá este año igual que la media, mientras que un 20,78 % afirma que lo hará por encima y un 30,29 % que lo hará por debajo. Por otro lado, los economistas se muestran seguros de que la financiación que recibe la Comunitat Valenciana del Estado está muy por debajo de lo que le corresponde proporcionalmente por su población y peso económico. Preguntados en una escala de 1 a 5 sobre cómo afecta esa infrafinanciación al desarrollo y crecimiento económico, la respuesta no deja lugar a dudas de los perjuicios: un 3,95 de nota.

Financiación

Los encuestados abogan mayoritariamente (un 70,53 % de los casos) por revisar el modelo de financiación como fórmula para solucionar este déficit, mientras que un 23,80 % cree que la solución pasa por replantear todo el sistema.

El 41,17 % de los economistas considera que el corredor mediterráneo es la infraestructura ferroviaria más prioritaria, frente al 25,87 % que considera más importante el corredor central y el 25,5% que apuesta por la conexión ferroviaria con el Cantábrico a través de Zaragoza.