En pleno debate en la C. Valenciana sobre las zonas de gran afluencia turística (ZGAT), aquellas en las que el comercio puede abrir domingos y festivos, la Cámara de Comercio echó ayer un capote a la Conselleria de Economía en su pretensión de limitar la liberalización total de los horarios de apertura en las áreas urbanas.
El informe anual de la distribución comercial en la C. Valenciana revela que el gasto turístico ascendió en 2016 a 1.080 millones: alimentación, calzado, textil, equipamiento de hogar y otros productos. Es el 4,5 % del negocio total del comercio en la C. Valenciana, que en 2016 ha repuntado aunque aún no llega a los niveles precrisis.
Entrando en el detalle, menos de un tercio del gasto turístico (347 millones) se corresponde con gasto realizado por viajeros de hoteles u otros alojamientos. El resto, 732,6 millones, lo realizan turistas de segunda residencia, es decir, turistas de larga estancia en zonas de interior o zonas costeras que acuden principalmente a los supermercados, y reproducen en la zona de veraneo las mismas compras que en su lugar de residencia: alimentación y limpieza (476 millones).
Es en estas localidades costeras donde ha proliferado en los últimos años la liberalización horaria, principalmente para que los supermercados atiendan a esa población flotante también en domingos y festivos. El 70% de los municipios costeros ya están declarados ZGAT, y pueden abrir sin límite en verano.
Si se afina más el análisis, apenas 371 millones se corresponden a la categoría de «otros productos», donde entrarían productos de joyería y similares (245 millones); o de equipamiento personal como calzado y textil (126,7).
Estas magnitudes equivale a poco más del 1,5% de los 23.545 millones de euros facturados por el comercio minorista (desde tiendas a grandes superficies), una cantidad que, en opinión de la conselleria, no justificaría la necesidad de extender por todas las grandes ciudades la apertura generalizada en festivos en atención a los turistas.
En estos momentos, precisamente, València y Alicante abordan con el sector el debate para reducir el número anual de festivos que se abre dentro de su zona de gran afluencia turística, a la que están obligados por ley.
Por lo demás, el volumen de negocio del comercio minorista en la C. Valenciana ascendió a a 23.545 millones, un 5,9% más. El informe presentado ayer por Agustín Rovira, responsable de la Oficina Comercio y Territorio (Pateco), del Consejo de Cámaras, dibuja a un sector en vías de recuperación.
La gente ahorra menos, más personas trabajan y se está gastando más. Hay dinamismo en el consumo, pero no alcanza todavía los niveles precrisis. El índice de ventas se sitúa en el 91,5 respecto al nivel que había en 2010. La situación varía en función de los formatos: el gran comercio (hipermercados, grandes superficies especializadas) está ya en los niveles de 2010.
Cabe más empleo a tiempo parcial
La actividad comercial vuelve a crear empleo. Hay 203.717 afiliados en estos momentos. En lo peor de la crisis, llegó a caer a 170.000. El sector es una puerta de entrada al mercado laboral: uno de cada cuatro ocupados menores de 25 años trabaja en esta actividad.
Rovira apunta que el sector tiene margen para dar más empleo a tiempo parcial, para cubrir descansos y vacaciones. Sol el 16,8% tiene ese tipo de contrato. En 2016 había 50.597 empresas de comercio minorista y 62.999 locales, 1.055 menos que el año anterior. El sector tiende a adelgazar y reducir su «sobreabundancia» de oferta.
Y pese a la preocupación por el comercio electrónico, desde Pateco señalan que de los 20.000 millones que se gastan en España, apenas el 30% corresponde a productos que compiten con la venta física, como textil, alimentación, etc.
