El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, explicó ayer que la rebaja del IRPF para 2018 pactada con Ciudadanos aún se está diseñando y podría consistir en una bajada de tipos solo para las rentas más bajas, que se acompañaría de un aumento de «determinadas» deducciones de la cuota.

Durante un almuerzo informativo organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección y Deloitte, el ministro señaló que no se tratará de una reducción general del IRPF, que el Gobierno se reserva para cuando España salga del procedimiento de déficit excesivo, lo que ocurrirá a lo largo de 2018.

En un corrillo posterior con la prensa, Montoro insistió en que todavía se están negociando las diferentes opciones, entre las que también se baraja la posibilidad de subir el mínimo no sujeto a retención de IRPF, que es de 12.000 euros, además de elevar las deducciones relacionadas con la discapacidad y la maternidad.

Por este motivo, Montoro se refirió a la rebaja del año que viene como a «una primera fase» de la reducción general del IRPF, con la idea de «seguir apostando por una recorte progresivo y cauto de la fiscalidad que estimule el crecimiento económico y aumente la solidaridad, y se aplique a los grupos sociales que mas necesitan sentir los efectos de la recuperación económica». El ministro dijo que la rebaja responde al desarrollo del acuerdo de investidura con Ciudadanos, «grupo absolutamente clave para aprobar los presupuestos y otras iniciativas». Aunque Ciudadanos ha cifrado el recorte en 2.000 millones, Montoro aseguró que todavía se está diseñando y que, en cualquier caso, es compatible con la senda de reducción del déficit público. «Nuestros interlocutores políticos se cuidan de no pedirnos nada que vaya en contra de la consolidación fiscal», añadió.