La producción de cítricos valencianos para la campaña 2017-2018 descenderá un 26,8 % respecto al ejercicio pasado, según indicaron fuentes de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). Este descenso supondrá una disminución muy marcada en el rendimiento productivo de los principales cítricos cultivados en la Comunitat Valenciana, entre lo que se encuentran las mandarinas (29,8 %), las naranjas (28 %), y en menor medida en los limones (2,7 %).

Entre las variedades que bajaran de manera significativa se encuentran las satsumas y las clementinas tempranas, las cuáles perderán un 40,5 % y un 38,7 % de su producción, respectivamente. Posteriormente, las clementinas de media temporada (39,4 %) y las tardías (33,3%) también sufrirán un descenso hasta las 517.320 toneladas en el caso de las primeras y hasta las 49.330 toneladas en las segundas.

Sin embargo, pese a estas fuertes caídas -más de un millonde toneladas perdidas entre mandarinas y naranjas- fuentes de AVA-Asaja manifiestan que «hay interés para cerrar tratos, ya que hay prisa por parte de los compradores para tener su mercancía».

Para la organización valenciana, las causas de esta reducción en el rendimiento productivo se enmarca, por un lado, «en la alternancia natural que, en términos de cosecha, caracteriza a las campañas citrícolas, es decir, a un ejercicio de producción elevada, como fue el caso del anterior, suele sucederle otro menos fecundo».

Por otro lado, el segundo de los motivos que ha originado esta coyuntura tiene que ver con determinados fenómenos climáticos y su incidencia negativa sobre la evolución fisiológica del arbolado. La acumulación de varios días el pasado diciembre con copiosas lluvias «afectó a las raíces y debilitó a naranjos y mandarinos, los cuáles con la llegada de la primavera presentaban un aspecto amarillento y alicaído», recalcaron fuentes de AVA. Esto generaría una «floración muy irregular», la cuál se «complicó aún más durante la fase del cuajado de los frutos debido al calor anormalmente alto que imperó durante el mes de mayo».

Según explicó el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, «lo cierto es que entre unas cosas y otras nos encontramos con una producción citrícola muy corta y por eso nos vemos en la obligación de hacer un llamamientos a los agricultores para que actúen con cautela y calma a la hora de vender la fruta. Con una disminución tan notable de la cosecha, los precios que se negocien tienen que ser, como poco, forzosamente razonables».

Por ello, desde la asociación valenciana destacan que, pese a que los precios subirán y la campaña va a ser buena con precios mejores que el pasado ejercicio, «estos no compensarán la fuerte caída de ingresos derivada de perder casi un tercio de la producción».

Ante las perspectivas que se abren, Cristóbal Aguado reclamó a «todos los agentes que intervienen en el proceso comercial, desde los agricultores, pasando por los comercios y sin olvidar, por supuesto a la gran distribución, que trabajen con la máxima seriedad, profesionalidad y rigor a fin de gestionar de la manera más beneficiosa para todos la escasa producción con la que vamos a contar».

Según han informado fuentes del sector a este diario, el precio de la clementina oronules a falta de 2-3 meses para su recogida se encuentra «a 6 euros por arroba», lo que ejemplifica la enorme subida de precios vivida en el sector cítrico.