Los dirigentes de las moribundas patronales provinciales de Castelló (CEC) y Alicante (Coepa) se resisten a su destino y tratan ahora de aliarse para hacer frente al empuje imparable de la CEV, la patronal de la provincia de València reconvertida en autonómica tras la extinción de Cierval, que murió precisamente por los impagos de la CEC y Coepa. La primera está en concurso y su viabilidad, por los casos de formación que investiga la justicia, es prácticamente imposible. La alicantina superó la suspensión gracias a una abultada quita, pero se ha quedado en los huesos. Las dos están sufriendo desde hace semanas una fuga constante de sus principales federaciones sectoriales y empresas, todas ellas con destino a la CEV. Aún así, se han asociado a Cepyme Alicante, una organización de pequeñas empresas alicantinas tradicionalmente enfrentada a Coepa, para tratar de impulsar otra autonómica. Así lo escenificaron ayer los responsables de las tres entidades tras una reunión en Castelló al término de la cual hicieron público un comunicado donde expresan su voluntad de «aunar sus esfuerzos para lograr una entidad empresarial autonómica, distinta a la que propone la CEV y que respete el carácter provincial que determina la organización estatal CEOE». La CEV ya ha sido reconocida por la Generalitat y tiene todas las bendiciones de la patronal española.

En el encuentro de ayer, se acordó solicitar a la administración una reunión para tratar el problema de «la ausencia de una patronal autonómica reconocida» y se anunció el «inicio de la constitución de una organización autonómica compuesta por las organizaciones provinciales, sectoriales y otras que pudieran tener cabida».