El juzgado de lo Mercantil número 3 de Valencia ha ordenado la disolución de Citrotecno S.L., fabrica de producción bioetanol con residuos cítricos que impulsó la Generalitat e inversores privados, tras fracasar en su intento de comercializar combustible ecológico y arrastrar una deuda de 19,2 millones de euros al cerrar el ejercicio de 2015. La industria instalada en Silla, controlada por un grupo que lideraba Picima Inversiones -implantado en el sector agrario y el ganadero- fue un un proyecto vendido como pionero y en el que participaba el Instituto de Ingeniería de Alimentos para el Desarrollo, de la Politècnica de València.
Citrotecno, en concurso de acreedores desde hace cuatro años, no ha podido encontrar un plan de viabilidad al suspender la producción de bioetanol y otros productos en su fábrica tras varios años de escasa actividad.
La empresa inaugurada en 2010 por inversores del sector ganadero contó con tres millones de ayudas de la Generalitat. La industria que aprovechaba residuos (corteza, semillas y pulpa de cítricos) trataba de incrementar la actividad del sector agrario y ganadero. Fue unos de los proyecto estrella de la administración autonómica del Partido Popular para controlar la trazabilidad de los residuos de la industria citrícola y que fue desarrollado por técnicos e investigadores para obtener piensos para el ganado, aceites esenciales, bioetanol, agua de riego o purificada a partir de desechos de los agrios.
Otras sociedades
La crisis de Citrotecno ha arrastrado también a empresas participadas por sus socios: Picima Inversiones, Piporc, Martí Cañavate Servicios Agropecuarios y Explotación Ganadera Los Manzanos, que entran en causa de disolución. La factoría de tratamientos de residuos empleaba a más de una veintena de trabajadores, si bien su plantilla se redujo a personal administrativo durante el último lustro. El programa europeo LIFE+ ayudó a cofinanciar el proyecto Citrotecno, del que la Generalitat adeudaba, cuando suspendió pagos, el 50 % de las ayudas garantizadas (unos 3 millones).
En España, las principales plantas de producción de bioetanol con diversas materias primas están en manos de multinacionales.
