¿Qué jornada laboral es la que más atrae a los trabajadores? ¿Existe el horario perfecto? La respuesta más satisfactoria para la mayoría de empleados parece tender hacia la concentración de horas, una posibilidad por la que muchas compañías optan en los meses veraniegos. Según un estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el horario ideal para la mayor parte de asalariados sería el que se corresponde con una jornada continua, es decir, comenzar entre las 7-8 de la mañana y finalizar el día a las 14-15 horas.

Y es que un periodo laboral sin interrupciones aporta muchas ventajas para el personal. Como explican Daniel Patiño y Milagros Cano, secretarios de Acción Sindical y Salud Laboral de CC OO en el territorio valenciano, respectivamente, un trabajador que cuente con este horario estará más satisfecho, lo que supondrá «un valor añadido a la competitividad de la empresa», aumentando directamente «su salario emocional».

Asimismo, este plus de motivación tiene para los representantes sindicalistas una repercusión indirecta «en el grado de productividad que un empleado puede tener», ya que los datos de la OCU muestran claramente que la jornada continua en el trabajo «permite democratizar la relación laboral mediante la autogestión del tiempo, lo que disminuye a su vez los riesgos psicosociales». Además, la concentración horaria en el empleo también posee beneficios medioambientales, ya que permite «disminuir la huella ecológica y reducir el consumo de CO2, con el uso racional de los desplazamientos al puesto de trabajo», destacan los secretarios.

De igual manera, una mayor flexibilidad y libertad para escoger un horario sin pausas es clave si se desea conciliar de forma plena una vida personal y profesional. Según los datos de la organización española de consumidores y usuarios, uno de cada tres trabajadores en nuestro país declara que su horario no le permite conciliar adecuadamente su vida laboral con la social, mientras que dos de cada tres piensa que no es posible tener una brillante carrera profesional sin renunciar a aspectos importantes a nivel familiar. Por todo ello, desde la OCU consideran como «imprescindible» que las empresas tengan en cuenta estos factores para evitar «que se aumente la insatisfacción de los empleados».

Sin embargo, la jornada continua no tiene una estructura fija, por lo que no se puede desarrollar de igual modo en todas las firmas. Como expresan los representantes de Comisiones Obreras, estas jornadas sin interrupciones «tienen efectos dispares en función de la actividad productiva y del puesto del trabajo» y, aunque no se puede «aplicar de la misma manera en todos los empleos», estas diferencias no deben de servir tampoco para que las empresas opten por que su mano de obra realice «jornadas interminables de 10 y 12 horas».

Igualmente, se debe pactar la distribución del día de forma continuada en actividades como la construcción, fijando horas en las que no se pueda prestar servicio «para limitar el estrés térmico y otros riesgos causantes en la actualidad de multitud de accidentes laborales», concluyen los dirigentes sindicales valencianos.

Sin pausa para comer

Otra de las características que ofrece este modelo laboral continuo es que los trabajadores prefieren que la pausa para comer no se produzca o que, en su defecto, sea de tan solo 30 minutos como máximo. Esta decisión resulta todavía más llamativa si se tiene en cuenta que la pasada semana el Tribunal Supremo avaló la decisión de una compañía que dejó de considerar el llamado «descanso para el bocadillo» como trabajo efectivo, al considerar que no supone una modificación laboral sustancial por basarse en la «tolerancia» del empresario y no ser un derecho reconocido por contrato.