La asignatura de Sociología del Turismo, ¿para qué sirve en un sector tan importante en España y especialmente en la Comunitat Valenciana?
Está orientada a que los alumnos conozcan las repercusiones sociales que el turismo conlleva, tanto en las sociedades receptoras como en las emisoras. La asignatura nos sirve para analizar la gran capacidad transformadora que tiene el turismo, cómo es capaz de modificar y de modernizar las sociedades y los comportamientos de la población. También estudia la capacidad que tiene el turismo en banalizar o folclorizar la cultura local, así como los impactos que tiene en nuestro Mediterráneo el urbanismo asociado al crecimiento turístico.
Vamos, que ustedes indagan desde hace tiempo en eso de lo que tanto se habla ahora...
Estudiamos los problemas que pueden producirse por motivos de saturación, sí. El turismo, el turista, es recibido con euforia y es mucho lo que se espera de él, pero con el tiempo, y cuando no se hacen las cosas bien o se cruzan las líneas que no se han de cruzar, puede ser rechazado por parte de los autóctonos. Ahí, en ese punto, es donde se corre el riesgo de iniciar su declive.
¿El fenómeno de la turismofobia es algo magnificado en las últimas semanas, o ha venido para quedarse?
Abrir la caja de Pandora ha sido un acto de grave irresponsabilidad. Los perjuicios para la industria turística, y para todos, pueden ser enormes. Poner en marcha este tipo de discursos no hacen más que enturbiar la imagen del sector turístico español. A mis alumnos siempre les digo que en turismo hay que estar constantemente en alerta. Son muchas las circunstancias que pueden arruinar una campaña turística, desde unas previsiones meteorológicas adversas hasta una falsa noticia publicada en algún rotativo extranjero. Ahora nos ha llegado la «turismofobia» y hay que actuar en consecuencia para tratar de minimizar sus efectos negativos.
¿Hay manipulación en esta creciente animadversión?
El objetivo es desestabilizar. Grupos radicales tratan de enturbiar la buena marcha de la principal actividad económica española. Crear caos, frenar la actividad económica, propiciar que se incremente el número de parados, la desaparición de empresas....
¿Por qué se ve al turista como invasor?
Ni el turismo ni el turista son responsables de comportamientos o situaciones que puedan considerarse negativas o molestas para la población receptora. Todo lo contrario, el turismo -la democratización del turismo- es uno de los logros sociales más importantes en nuestra historia reciente. Los problemas no surgen por la llegada del turismo, surgen cuando se han hecho mal las cosas. Buena parte de los problemas actuales hunden sus raíces en decisiones que se tomaron hace décadas y que ahora pesan como enormes losas. Pero insisto, el turista es un personaje al que hay que cuidar y mimar, para que su estancia le resulte agradable, para que hable bien de sus vacaciones y para que se gaste aquí su dinero.
Eso dice Mariano Rajoy
Estoy totalmente de acuerdo.
Si se atacara a los apartamentos turísticos ilegales, ¿se acabaría con parte del problema?
Entiendo que sobre una actividad económica ilegal debe caer todo el peso de la ley y ser erradicada. El alquiler de apartamentos ilegales no es una cosa novedosa. Prácticamente desde el inicio del turismo moderno ha habido personas que han alquilado sus apartamentos de forma ilegal o fraudulenta. Es en los últimos tiempos cuando este problema está alcanzando niveles inasumibles. Las nuevas tecnologías, internet, están jugando a su favor.
Ayuntamientos como el de València van a realizar informes para comprobar la posible aplicación de la tasa turística por pernoctación. ¿Qué opina?
Estoy totalmente en desacuerdo con la tasa turística que se aplica a las personas que se alojan en un establecimiento hotelero. Tengo la sensación de que solamente concurren en esta decisión afanes recaudatorios. En el litoral alicantino hay pueblos que en plena etapa estival están ocupados por un elevado número de turistas, decenas o cientos de miles de ellos que, en líneas generales, se alojan en todo tipo de apartamentos, adosados, etcétera y que, consecuentemente, no se verían afectados por la tasa turística. El impuesto lo pagarían muy pocos.
Usted alerta sobre el riesgo de que toda la labor realizada por la administración y los involucrados en el turismo «en muy poco se puede ir al garete», si no se ataja con políticas adecuadas y con campañas específicas.
El éxito del turismo en España no es producto de la casualidad. Desde siempre ha habido políticas y campañas destinadas a promocionar nuestro turismo. A ello hay que sumar, además de los recursos naturales y culturales, una oferta hotelera, hostelera y de ocio inigualable en el mundo. Somos un destino forjado a través de décadas de buen hacer. Y todo ello se puede ver enturbiado por estas irreflexivas campañas orquestadas por grupos radicales. Las administraciones, las empresas y la ciudadanía deben dar pasos para acabar con discursos destructivos.
