La producción de uva descenderá este temporada un 30% respecto a una cosecha habitual debido a la incidencia acumulada de la sequía y las tormentas de granizo, según los primeros cálculos de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) elaborados a partir de los datos de los primeros días de vendimia.

Así, las comarcas más afectadas por la disminución de uva para vinificación son la Vall d'Albaida y La Costera, con mermas de entre el 40 y 50% en comparación con una campaña normal. Por su parte, la plana de Utiel-Requena -principal zona productiva de la provincia- experimentará una disminución media del 30% provocada fundamentalmente por el hundimiento de la variedad mayoritaria Bobal y otras variedades tintas.

Por el contrario, el balance global no resulta tan negativo por el aforo previsto en otras comarcas como La Ribera Alta y la Hoya de Buñol, donde los viticultores esperan una cosecha aceptable e incluso algo superior a campañas anteriores. En lo que sí coinciden todas las zonas valencianas es en el adelanto de la recolección en unos ocho o diez días, así como en "la escasa presencia de enfermedades y en la calidad óptima de la uva", según las mismas fuentes.

AVA-ASAJA atribuye esta merma generalizada a la sequía acumulada en los últimos cinco años y, en menor medida, a los intensos capítulos de pedrisco.

Al respecto, el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, ha explicado que las cepas han llegado a esta vendimia "muy débiles y agotadas por la falta de agua, sin apenas reservas" porque "las lluvias de estos meses han sido insuficientes, de manera que muchas yemas no han conseguido dar fruto". No obstante, todo lo que pudiera llover en estas próximas semanas podría ayudar a mejorar la producción y a recuperar potencial para la siguiente vendimia.

Las previsiones de cosecha en el conjunto del país y de Europa tampoco son favorables. Así, a lo largo de la cuenca mediterránea, desde los Balcanes hasta el norte de España, hay numerosas áreas donde las heladas de abril se llevaron por delante más de la mitad de la producción. En términos generales, el sector apunta a una disminución superior al 10% en la Unión Europea, con bajadas significativas tanto en España (-12%) como en nuestros principales países competidos: Francia (-17%) e Italia (-30%).

Aguado ha subrayado que "hay motivos más que suficientes" para concluir que los precios en origen pueden recuperarse después de varias campañas en crisis. La vendimia arranca con las bodegas vacías, con la demanda mundial por encima de la oferta y con las exportaciones españolas ganando cuota de mercado.

"Si entre todos somos capaces de actuar con prudencia, equilibrio y profesionalidad, los productores podrían compensar la fuerte merma de uva, recuperar la rentabilidad del cultivo y evitar el abandono de campos", ha destacado.

En este sentido, AVA-ASAJA insta a la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) a vigilar que se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria y a evitar prácticas comerciales abusivas en perjuicio del productor.

Asimismo, la organización agraria recomienda a los viticultores "la máxima cautela" a la hora de vender su uva ya que todos los factores objetivos del mercado apuntan a una tendencia positiva de las cotizaciones.