El presidente de la Confederación de autónomos del taxi de la Comunitat Valenciana, Fernando del Molino, lamentó ayer la actuación de unos pocos que está elevando de tono el conflicto que se dirime en los tribunales y las administraciones sobre la legalidad o no de las aplicaciones tecnológicas tipo Uber o Cabify, que les hacen la competencia.

«Desde la confederación condenamos enérgicamente la violencia», señaló Del Molino, que recordó que el taxi es un sector grande y no se puede controlar a todo el mundo.

Como contó ayer este diario, en lo que va de año, concretamente desde el pasado mes de febrero, trece conductores valencianos de empresas que trabajan para la aplicación Cabify han llevado ante la Policía episodios de agresiones, conducción temeraria de taxistas delante de los coches de Cabify, ruedas pinchadas y hasta empujones y puñetazos.

Sin llegar a la virulencia de los conflictos en Sevilla o Málaga, donde varios coches ardieron o fueron volcados, el conflicto y la tensión entre algunos taxistas y los conductores de estas empresas se ha elevado de categoría. También empresas de alquiler de coches con conductor que no trabajan para la aplicación Cabify, y por tanto no compiten por el mismo nicho de mercado del transporte urbano, han trasladado a este diario estar siendo víctimas de sabotajes, con pinchazo de ruedas de forma reiterada.

En todo caso, desde el sector del taxi se lamenta que estas empresas «están aprovechando el filón» del conflicto en otras ciudades, con amplio eco mediático, para buscar repercusión también en la C. Valenciana.