El comité de La Naval afirmó ayer que el astillero «está en quiebra total» y va a resultar «muy difícil» evitar el concurso de acreedores solicitado por sus accionistas actuales. «Se ha iniciado ya el proceso y la empresa está como está, en quiebra total, pero nada nos gustaría más que evitarlo pero creo que va a ser imposible», indicaron.

El secretario del comité, Juanjo Llorden, reveló que, de forma «extraoficial», supieron que el encargo para la construcción del cuarto pedido que el astillero tiene en cartera, el ferry de Baleària, está a punto de ser «cancelado». «Tenemos constancia, pero no todavía por fuentes oficiales de la empresa, que el ferry para Baleària está a punto de cancelarse porque en el contrato tienen una cláusula que dice que, al entrar en concurso de acreedores, lo pueden cancelar automáticamente», indicó el portavoz de CAT, segunda fuerza sindical en el astillero. Por el momento Baleària no ha realizado ninguna valoración.

Asimismo, Llorden reiteró que la plantilla está convencida de que con la declaración del concurso de acreedores, la pérdida de credibilidad del astillero dentro del sector naval va a ser «tremenda».

Además de la cancelación del ferry para Baleària, cuya construcción tenía previsto iniciarse en diciembre, Llorden reconoció que cumplir en los plazos previstos con la entrega de las dos dragas de succión para la compañía Van Oord «va a ser muy difícil porque prácticamente llevamos dos o tres meses con la producción bajo mínimos. Ellos aún no han dicho nada porque están a la espera».