El pasado 13 de septiembre fue presentado oficialmente en las clases de la Escuela Superior de Administración y Dirección de Empresas de Barcelona (Esade) el primer case study dedicado a una empresa del distrito cerámico castellonense. Se trata de un informe sobre la firma Kerajet realizado por Javier Carda, nieto de Miguel Carda, fundador de una de las compañías azulejeras más veteranas e importantes de España, Fabresa, cuyas instalaciones está ubicadas en la localidad castellonense de Lucena del Cid y que en la actualidad se mantiene bajo la tutela familiar, siendo su padre, Javier; y sus tíos, Luis y Daniel, sus máximos responsables.

Carda se graduó en Licenciatura en Administración de Empresas y Máster en Dirección Financiera en 2009 y ya su tesis, por la que obtuvo la mención de matrícula de honor, trató sobre el nacimiento, evolución y futuro del clúster cerámico de Castellón, lo que le animó a seguir incidiendo en el tema.

En este sentido, Carda subraya que fueron los mismos miembros del jurado de la tesis, integrado por profesores de Esade, los que sugirieron que sería «de gran valor poder trasladar parte de mi investigación para utilizarse como material académico ya que el sector cerámico es un modelo y referencia en muchas de la teorías económicas y un gran desconocido fuera de nuestra provincia y en muchas escuelas de negocio».

Gracias a este case study, el joven investigador castellonense quiere dejar constancia ante la población universitaria e investigadora mundial que «no hay que remitirse obligatoriamente a Silicon Valley para encontrar empresas innovadoras, porque en el distrito cerámico de Castelló también hay». Y Kerajet es, para Carda, «el principal referente de innovación del sector cerámico».

De hecho, Carda no duda en afirmar que Kerajet, con su desarrollo y posterior aplicación de la tecnología de decoración digital por chorro de tinta de baldosas cerámicas, ha marcado «un antes y un después» en el sector cerámico a nivel mundial.

Revalorizar la cerámica

Para el joven investigador castellonense, la valentía de José Vicente Tomás, fundador y actual gerente de la compañía, «ha logrado revalorizar a los pavimentos y revestimientos cerámicos, descubriendo nuevas aplicaciones decorativas de los mismos y aportándoles una nueva competitividad ante otros recubrimientos industriales que son su competencia». Es más, para Carda es especialmente significativo que el desarrollo de Kerajet no solo ha beneficiado a la empresa, «sino que ha repercutido en el sector de manera global y mundial».

El trabajo de Carda, que ya está publicado y a disposición de los estudiantes de las principales universidades y escuelas de negocio del mundo (entre las que se encuentran Harvard, Columbia, MIT, Stanford, Insead, LBS, LSE, HEC Paris, Esade y Bocconi) a través de la web www.thecasecenter.org, «se centra en los primeros años de Kerajet, y trata sobre sus dificultades y cómo la industria reaccionó ante tal innovación», puntualiza.

Carda resalta que, para la elaboración del trabajo, ha contado con la colaboración del asesor David Gobert; así como con la de María Jose Parada, profesora del departamento de estrategia empresarial de Esade, y Lourdes Urriolagoitia, al frente de EEI (Esade Entrepreneurship Institute), «quienes son coautoras del caso y han ayudado en su publicación».

Para realizar el trabajo, y además de una exhaustiva recopilación de documentación y su posterior análisis, tanto Carda como las dos restantes coautoras mantuvieron reuniones con algunos de los principales directivos de Kerajet. Así, y además del con el ya citado José Vicente Tomás, también se entrevistaron con Yolanda Bort y Antonio Querol.

«Kerajet ha añadido valor a la cerámica y ha conseguido que, ahora, casi todas las empresas azulejeras utilicen una impresora para decorar sus baldosas cerámicas y, lo que es más importante, no ha dejado de mejorar su tecnología y ha añadido nuevos colores, se pueden decorar prácticamente todos los tamaños, también se pueden decorar piezas con relieve?», puntualiza Carda, para quien lo más destacable del trabajo de Kerajet son «las ganas de seguir evolucionando», porque, de hecho «Tomás podía haber vendido la patente y desentenderse del tema, pero ha preferido seguir avanzando e investigando y, no me cabe duda alguna de que a la tecnología inkjet todavía le queda mucho camino por recorrer».