La campaña citrícola 2017-2018 en la Comunitat Valenciana tendrá un descenso significativo de cosecha respecto a la anterior. Y no habrá exceso de oferta durante el período principal de exportaciones -noviembre y diciembre- debido a la merma de producción en la principal variedad de mandarinas de media estación (clemenules) y de naranja temprana (navelina). La menor previsión de fruta aunque de calidad y buen calibre, según la conselleria de Agricultura y las organizaciones agrarias, «refleja que los mercados se muestren más animados que la campaña precedente», aseguró la titular de esta administración, Elena Cebrián, en referencia al alza de cotizaciones pagadas en el campo en este arranque del período.
La Comunitat Valenciana, que sigue siendo la primera productora de España con el 55,4 % el total (la segunda es Andalucía, con el 29,4 %), prevé un aforo de 3.143.984 toneladas, que supone una caída del 20,3 % en comparación con el balance de 2016-2017.
Alternancia natural
Entre las causas del desplome figuran la alternancia natural (vecería) que presenta el cultivo de cítricos, así como el efecto de las copiosas lluvias del pasado invierno, que afectaron a las raíces y debilitaron el arbolado, provocando una floración irregular. Las elevadas temperaturas de mayo también influyeron negativamente.
En medio de la inquietud que reina en el sector por la presencia de la Xylella fastidiosa -plaga vegetal que ha destrozado el olivar en Baleares y ya ha sido detectada en cultivos de secano de Alicante- el secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, considera que los datos del aforo de cítricos deberían servir para un correcto desarrollo de la campaña, sin la presión de las grandes cadenas de distribución y para que los precios en campo aumentaran respecto a la anterior.
En 2017 ha vuelto a disminuir la superficie de cítricos en la C. Valenciana, que contabiliza 2.000 hectáreas menos (un -1,3 %) respecto a la anterior. La extensión naranjera actual es de unas 160.000 Ha. El descenso se ha producido sobre todo en Valencia y Castelló, ya que en Alicante la menor área dedicada al cultivo de mandarinas y naranjas se ha compensado con el aumento de la destinada al cultivo del limón. Según Rodríguez Mulero,a diferencia de otros años, esa reducción no se compensa totalmente con un incremento dedicado a otros frutales como los caquis.
