Fiel a la narrativa de giros inesperados en que está asentado desde hace cuatro años el debate de la apertura del comercio en domingos y festivos, la polémica de la libertad horaria mantendrá la incertidumbre hasta el final. Los sindicatos continúan sin aclarar si apoyarán o no el acuerdo «histórico» al que han llegado las patronales del pequeño y gran comercio, que en València rebaja de 63 a 40 festivos los festivos de apertura; mientras que en la mayoría de ciudades se eleva de 10 a 12 el número de festivos.

Ayer, el Ayuntamiento de València, a través del concejal Carlos Galiana, negó que existiera tal preacuerdo, anunciado una semana atrás por el conseller Rafa Climent. «El Consell Local de Comerç esperará a conocer negro sobre blanco el preacuerdo anunciado por la conselleria para poder pronunciarse y conocer los términos legales y el alcance del mismo. A lo largo de la reunión han habido diferentes opiniones sobre la propuesta de los 40 días de apertura en festivos de los diferentes agentes representados, sin un acuerdo. El concejal Galiana se ha comprometido a seguir negociando una solución más favorable para todo el comercio de la ciudad», señaló el ayuntamiento.

Ciertamente, en la reunión se exhibieron posiciones en contra al acuerdo sellado por Anged, Cecoval, Covaco y Asucova, con el vist i plau de la conselleria. Se manifestaron en contra Unió Gremial, los vendedores ambulantes y, lo más importante, los sindicatos.

UGT y CC OO exhibieron su desacuerdo y mantienen en el aire su posición. Hasta que el director general de Comercio, Natxo Costa, no plantee negro sobre blanco la arquitectura jurídica del nuevo régimen de aperturas, no decidirán si se abstienen o si se posicionan en contra, lo que pondría en un brete a la conselleria.

El conseller Rafa Climent reclamó en el pasado Observatorio a los sindicatos que al menos se inhibieran y no votaran en contra. Climent, de esta forma, ha unido el sentido del voto de los sindicatos al futuro del acuerdo. Además, las centrales mantendrán los recursos de lesividad contra las zonas de gran afluencia turística, una vía judicial para acabar con la libertad horaria.

Al margen de esto, durante la reunión del Consell Local del Comerç el concejal Galiana exhibió su disgusto con el pequeño comercio por haber llegado a un consenso con las grandes superficies -se refirió a la patronal Anged coloquialmente como «el enemigo»-, en lugar de haberse adherido a la propuesta que patrocinaba el Ayuntamiento, mucho más restrictiva. Galiana proponía un máximo de 30 aperturas en domingos y festivos, pero estaba en punto muerto por el rechazo de las grandes superficies.

Así las cosas, el Consell Local de ayer contribuyó a enredar un poco más el debate a falta de que la conselleria aclare cómo desplegar legalmente las líneas maestras acordadas. «Estamos decepcionados. El preacuerdo no existe. Hay posiciones muy distintas», valoran desde la concejalía.