La tecnología digital, como el aire, se infiltra en todos los ámbitos de la vida. Y el del mueble no iba a ser menos. Cunas niñeras o dormitorios juveniles que incorporan cargadores inalámbricos para móviles son algunas de las propuestas novedosas más destacadas de la edición de la feria Hábitat inaugurada ayer en València. La firma valenciana Micuna presenta este año Bbsitter, la primera cuna inteligente con sistema de aprendizaje integrado. La particularidad de este producto es que incorpora un sensor que detecta cuándo el bebé está llorando y acto seguido pone un funcionamiento un mecanismo de balanceo para calmarlo. Tiene seis movimientos, entre ellos el lateral, vertical, en zigzag y uno que imita el latido de un corazón para tratar de simular que el bebé sigue en el vientre de su madre, según explicó ayer a este diario María Eugenia García, directora de negocio de Micuna. Una innovación de este invento es que la cuna detecta cuál es el movimiento que ha calmado al infante y, en sucesivas ocasiones, es el primero que pone en marcha para detener el llanto. Bbsitter incorpora una aplicación para que los padres programen el movimiento, la velocidad y el tiempo de duración. También tiene luz de vigilancia nocturna y sensores de temperatura y humedad de la habitación. Barata no es. Una cuna media puede costar 300 euros. Bbsitter, 1.250.

Muebles Ros, por su parte, ha presentado en Hábitat una gama de dormitorios para público juvenil que incluye conexión USB y un dispositivo que, a través de Bluetooth, permite escuchar en la habitación toda la música contenida en el móvil. Además, tiene un cargador inalámbrico que permite cargar el móvil al dejarlo encima de cualquiera de los muebles de la habitación. Ros es el primer fabricante europeo que incorpora esta tecnología, según fuentes de la empresa.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, inauguró ayer esta nueva edición de Hábitat, un certamen que, tras tres ejercicios celebrándose en febrero junto a Cevisama, vuelve este septiembre a ser independiente. La apertura a sectores menos elitistas y la mejora general de esta actividad están detrás del resurgimiento de este histórico evento que atravesó sus peores momentos en los años de su coincidencia con la feria de la cerámica. Este año ha duplicado el número de empresas (404) y ha triplicado la superficie neta de exposición respecto a febrero de 2016, la última vez que se celebró.

El presidente de Feria Valencia, José Vicente González, añadió que Hábitat tiene 15.000 visitantes profesionales inscritos y destacó el impacto que el certamen supone para la ciudad. A modo de ejemplo, puso de relieve que, durante el montaje del certamen, se han empleado 38.000 jornales de trabajo, equivalentes a tener ocupadas a 200 personas durante todo un año. Asimismo, 600 camiones han participado en el transporte de instalaciones y productos.

Respecto a la marcha del sector, el secretario general de la Federación Valenciana de Empresarios del Mueble y la Madera (Fevama), Rafael Pérez Bonmatí, señaló a este diario que la producción en España creció un 5,9 % el año pasado y que las exportaciones lo hicieron un 4,5 % en el primer semestre de 2017. Solo ha descendido el número de empresas, en torno al 3 %, pero «las que quedan han ganado en tamaño y en competitividad». Pérez añadió que han crecido las ventas al exterior y el consumo interno, en este caso por la renovación de muebles. Aún no ha llegado el efecto por el repunte de la construcción, que sí beneficia a la carpintería.