Las subidas salariales, raquíticas desde la crisis financiera, pero también menos trabas al comercio exterior, un gasto público orientado a la formación y la inversión y reformas estructurales son la prioridad para elevar un crecimiento económico aún decepcionante, según la OCDE. Este es uno de los principales mensajes del informe interino de Perspectivas publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que revisó al alza las expectativas de la zona euro para este año y el próximo.

La economista jefe de la organización, Catherine Mann, subrayó en conferencia de prensa que hay que reequilibrar las políticas en favor del crecimiento, que, hasta ahora, se han sustentado sobre todo en unos tipos de interés muy bajos, para que tomen el relevo los incentivos fiscales, en particular en países que disponen de «margen», como Alemania, y con objetivos más equitativos. Mann hizo hincapié en que la muy lenta progresión de los salarios (un 0,2 % de media anual desde 2008 en los países de la OCDE) constituye un freno en el medio plazo para recuperar las cadencias de incremento del producto interior bruto (PIB) anteriores a la crisis, algo que no ocurrirá ni en 2018.

Eso afecta en particular a grupos sociales desfavorecidos, de forma que el 10 % con menos ingresos no ha recuperado los niveles de renta anteriores a 2008.

Mejora el empleo

Reconoció que el empleo ha mejorado, sobre todo, entre las mujeres, cuyos salarios, no obstante, han progresado menos que los de los hombres, lo que indica que estos nuevos puestos de trabajo son, en general, de menor calidad y peor remunerados.

Respecto a los hombres, su tasa de empleo sigue estando por debajo de la de antes de la crisis, hace diez años (lo mismo ocurre con los menores de 25 años).