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Sector

Trabajo pone el foco en el viñedo y los cítricos para aflorar empleo irregular

Las organizaciones agrarias denuncian el «exceso de celo profesional» de la Inspección al «confundir el campo con trabajar en una oficina» - Aplica sanciones de 6.000 euros por falta de contratos laborales

Viticultor en tareas de recolección. EFE/Raquel Manzanares

Inspectores de Trabajo y Seguridad Social, en algunos casos acompañados por agentes de la Guardia Civil, han puesto estos días pasados su foco de atención en comarcas del sector vitivinícola de la Comunitat Valenciana para vigilar posibles casos de ocupaciones irregulares en el campo. Explotaciones agrarias de Los Isidros, Utiel, Caudete de las Fuentes, Venta del Moro, Camporrobles y Villagordo del Cabriel han sido visitadas durante la semana anterior por funcionarios del Ministerio de Empleo para pedir contratos de trabajo de los recolectores, libros de visitas y documentación relativa a los planes de prevención de riesgos laborales, entre otros papeles.

La alarma ha saltado en el campo valenciano, según advierten algunas organizaciones agrarias, porque los viticultores, en vísperas de concluir la campaña de 2017, han tenido que prescindir incluso de familiares directos que «colaboraban a ratos» en tareas de recolección de la fruta. El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, sostiene que el sector «detecta un celo excesivo por parte de la Inspección de Trabajo que no se corresponde con la realidad de una actividad que en su inmensa mayoría cumple las normas y la legislación vigente».

Trabajadores autónomos

En su opinión, dicha actitud «preocupa y genera malestar por algunos confunden el campo con el trabajo en una oficina». En ese sentido, el delegado de AVA-Asaja en Requena-Utiel, Luis Julián Pérez, lamenta que los inspectores «pidan hasta los libros de familia u otros documentos oficiales cuando los viticultores están en el campo, trabajando, y sin llevar por tanto los documentos exigidos». Las sanciones, según fuentes de AVA-Asaja, se han elevado hasta 6.000 euros.

En parecidos términos, Manuel Alcayde, de Coag-CV, advierte de la «pérdida de tiempo» y el «exceso de control». Tras las actuaciones y el levantamiento de algunas actas, la Inspección está obligando a numerosos viticultores que se desplacen hasta València para presentar documentación en la sede provincial de Empleo y Seguridad Social.

En la mayoría de los controles, los funcionarios de Empleo acuden acompañados de agentes de la Guardia Civil por que los inspectores no tienen capacidad para identificar a los sospechosos. El Seprona también se presenta en estas intervenciones con el fin de evitar altercados. Trabajo quiere corroborar si los jornaleros están contratados y dados de alta.

La Unió de Llauradors reconoce que durante la campaña de la vendimia de 2017 se están produciendo numerosas comprobaciones, sobre todo de la comarca Requena-Utiel.

Respecto al sector citrícola, cuya campaña de recolección de 2017/2018 en variedades tempranas ya ha comenzado en el campo, fuentes de la administración autonómica recuerdan los planes de vigilancia siguen de cerca a las empresas de trabajo temporal (ETT) De hecho, a principios de 2017, la Inspección de Trabajo multó con 2,5 millones a 26 almacenes y ETT por explotar a los jornaleros agrarios en el negocio naranjero. La conselleria de Economía abrió 28 expedientes por recurrir a firmas de trabajo temporal para pagar menos en lugar de contratar fijos discontinuos.

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