La bonanza macroeconómica en la Comunitat Valenciana será mayor de lo esperado este año, al menos para BBVA Research. El servicio de estudios de la entidad financiera auguró ayer que el PIB autonómico crecerá este año un 3,2 %, es decir cinco décimas por encima del pronóstico realizado el pasado marzo. La entidad también ha revisado al alza el incremento para 2018, en este caso en una décima: del 2,6 % al 2,7 %. En ambos ejercicios, sin embargo, la economía valenciana crecerá una décima menos que el conjunto de España. Esa mejora en el PIB, no obstante, no servirá para que la autonomía genere un incremento paralelo en los puestos de trabajo. Y es que BBVA preveía en marzo la creación de 120.000 empleos en los dos ejercicios citados y repite el augurio en su informe del segundo semestre de 2017 presentado ayer.

La tasa de paro se quedará en el 14,4 %, un porcentaje «inaceptable», según el responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research, Rafael Doménech, quien destacó que la recuperación no está siendo uniforme porque es más intensa en grandes núcleos urbanos y, singularmente, en Alicante, en este caso gracias al empuje del turismo pero también de la industria. La Comunitat Valenciana recuperará sus niveles de renta precrisis el año que viene.

El experto apuntó varios motivos de la subida del PIB valenciano, sustentada en el consumo interno y las exportaciones, como una política monetaria que favorece el gasto de las familias, el influjo del sector turístico por las ganancias en competitividad y la inseguridad en sus competidores del Mediterráneo; la aceleración de las ventas al exterior, sobre todo de bienes; el impulso de la inversión por la mejora del contexto internacional, la reducción del déficit y la incipiente recuperación de la construcción.

Esta dinámica, sin embargo, no está exenta de riesgos que podrían torcer la trayectoria en ascenso. Doménech citó varias de esas amenazas, como el Bréxit, la sostenibilidad del crecimiento del turismo, dado que ya se habría llegado al máximo en cuanto al desvío de visitantes por los conflictos en el Mediterráneo; el impacto de una subida desordenada de los tipos de interés sobre la deuda autonómica o un aumento del precio del petróleo, que podría restar tres décimas al crecimiento.

Impacto catalán en València

Por otro lado, Doménech se mostró muy cauto cuando se le preguntó por cuestiones polémicas como la tasa turística o el impacto que podría tener sobre la economía valenciana una eventual independencia de Cataluña. Respecto a esta última no quiso hacer «hipótesis porque no tenemos cuantificado el impacto» y porque las previsibles consecuencias se demorarán en el tiempo a la hora de manifestarse. No obstante, calificó de obvio que habría efectos en los intercambios comerciales porque «Cataluña representa una parte muy importante de España» y el impacto sería aún mayor cuanto más cerca se estuviera de esa zona, como es el caso valenciano. Sobre la tasa turística, sí apuntó que la bondad de un impuesto depende de su uso, es decir, que puede ser positivo si el dinero recaudado, por ejemplo, se utiliza para mejorar servicios.