Cerámica de Castelló para el metro de Nueva York. La colaboración entre la azulejera madrileña Alcalagres, que cuenta con un centro logístico en Borriana; y la compañía Estudio Cerámico, cuyas instalaciones se encuentran en la localidad de Sant Joan de Moró; ha permitido trasladar a baldosas de porcelánico espesorado, la obra de la innovadora artista plástica Sarah Sze, que lleva por título Blueprint for a Landscape, y decora las paredes de la estación 96 de la Segunda Avenida. Se trata de una estación muy próxima a Central Park.

Alcalagres ya tenía experiencia en el subway neoyorquino, tal vez el más famoso y populoso del mundo. La firma madrileña creó, hace casi tres lustros, el mural que decora la estación de Colombus Circle, y que está firmado por el desaparecido artista Sol Lewit. Se trata de un montaje de piezas monocolor «que, a pesar de que, aparentemente, era bastante sencillo, nadie quiso hacer, y que nosotros sí que hicimos», asegura el gerente de Alcalagres, Pedro Larena, quien puntualiza que el buen trabajo realizado «nos ha permitido, ahora, acceder a la reforma y modernización, después de muchos años de inactividad, de la estación 96 de la Segunda Avenida».

El proyecto consta de 4 murales y 12 paneles que, en total, suman 4.300 baldosas distintas en dos formatos, y ambos con 20 milímetros de espesor: 350,8x757,2 milímetros y de 350,8x745,3 milímetros. Y la complejidad de la obra «nos obligó a buscar un socio para fabricar las piezas, porque los murales no forman parte de nuestro know-how, y había que externalizar ese apartado. Y el socio perfecto era Estudio Cerámico», afirma Larena, quien subraya que se ha tratado de un trabajo «tan importante como complicado, porque no era, únicamente, suministrar los recubrimientos para las paredes, sino que había que traspasar a baldosas cerámicas una obra de arte y, para complicarlo aún más, tenían que adaptarse a las necesidades de la superficie a recubrir, que no es una pared lisa, sino que la cerámica acompaña a los usuarios cuando van o viene por las escaleras mecánicas a coger su tren».

Estudio Cerámico

La elección de Estudio Cerámico se debía a «las excelentes referencias que teníamos de la firma y, sobre todo, por su experiencia en el campo del tercer fuego, imprescindible para reproducir fielmente la gama cromática elegida por Sze, que va desde cobaltos a cianes», asegura Larena. En este sentido, hay que señalar que el diseño original de la artista estaba pensado para ser reproducido en vinilo, «por lo que tuvimos que reconvertirlo a cerámica y darle continuidad, porque hay baldosas que enlazan una silla, un pájaro o, incluso tuvimos que adaptar la cerámica a los accidentes de las paredes, como son los desniveles de las escaleras mecánicas, o respetar las alarmas, señales o salidas del aire acondicionado. Ha sido un trabajo a medida cuya ejecución ha tardado un año. Se tuvo que trabajar pieza a pieza y numerarlas para, después, con un plano perfectamente señalizado, que los colocadores estadounidenses instalasen la obra en la pared sin fallo alguno». De hecho, cada pieza tenía una referencia interna que indicaba su lugar en el plano y la posición en que debía ser instalada.

Rentabilidad económica

«Un proyecto de este tipo no es rentable para nosotros a nivel económico, pero si nos ha dado la posibilidad de hacer una obra emblemática y, junto a Estudio Cerámico, que ya es nuestro partner natural, optar a los proyectos de rehabilitación del resto de estaciones de la Segunda Avenida, que llega hasta , donde van a construir un intercambiador para el que también se proyecta realizar un gran mural cerámico», afirma Larena.

Para Estudio Cerámico, la colaboración con Alcalagres en la estación 96 de la Segunda Avenida de Nueva York ha significado «un reto al que le hemos dedicado muchas horas de esfuerzo, porque ha sido, prácticamente, un trabajo de orfebrería, que hemos realizado pieza a pieza; y también esperamos que sea un punto de anclaje para que, debido al excelente resultado podamos participar en otros proyectos del metro neoyorquino», afirma el director general de la firma de Moró, Ismael Carne. En este sentido, el máximo responsable de la empresa azulejera de Sant Joan de Moró confía en que obras de esta envergadura «sirvan para reivindicar el uso de la cerámica en todo tipo de proyectos».