Las empresas fabricantes de pavimentos y revestimientos cerámicos castellonenses están registrando un mayor crecimiento que las italianas.

En el ejercicio 2016, las firmas del «Tile of Spain» lograron que todos sus indicadores estadísticos se situaran un año más por encima de los niveles de su principal competidora, la industria italiana, pero, pese a todo, el «Made in Italy», marca asociada por antonomasia al lujo y al diseño, está ampliando la distancia con respecto a las firmas de Castelló, después de unos años de debilidad.

Así se pone de manifiesto si se comparan las principales magnitudes estadísticas del ejercicio 2016 entre las dos grandes potencias mundiales de los recubrimientos cerámicos, España e Italia, una vez que la patronal Confindustria Ceramica acaba de dar a conocer su balance estadístico oficial correspondiente al cierre del año.

Y es que las azulejeras castellonenses cerraron el pasado año unas ventas globales con un crecimiento del 7 %, una tasa que es superior a la italiana, que fue del 5,9 %. Eso sí, mientras las enseñas nacionales facturaron 3.316 millones de euros, las italianas sumaron 5.400 millones de euros, gracias al alto precio al que comercializan sus colecciones: el precio medio de la cerámica española es de 6,7 euros por metro cuadrado, mientras que Italia la comercializa por casi el doble, llegando a los 13 euros por metro cuadrados.

A favor de la industria italiana han jugado, a la hora de hacer el balance de 2016, que tras ocho años de caídas, las firmas transalpinas han regresado a las cifras positivas en el mercado doméstico, que se sitúan en 839 millones de euros. Pero, además, también las exportaciones del Made in Italy han dado un importante tirón del 6,3 %, y se sitúan en los 4.600 millones de euros.

En España, por el contrario, si bien el mercado doméstico creció un espectacular 16 % en 2016 hasta alcanzar los 746 millones de euros; tan solo registró una tímida mejoría en el ámbito internacional con un incremento del 4,8 % con respecto a los datos de 2015, con unas ventas internacionales de 2.570 millones de euros.

En la comparativa, se demuestra, un año más, que donde la industria española no tiene rival es en el ámbito productivo. Según los datos de Confindustria Ceramica, de los hornos italianos salieron 416 millones de metros cuadrados, un 4,5 % más que en el año anterior. Muy lejos del crecimiento del 11,8 % registrado por las empresas de Castelló, que situaron su nuevo techo de producción en los 492 millones de metros cuadrados. De este modo, si Italia se mantiene como la reina de las baldosas en el apartado comercial, España lo hace en el apartado productivo, prolongando su liderazgo en Europa. Y no solo a nivel de producción? También por productividad.

Productividad

De hecho, si se divide el número de trabajadores de cada país empleados en el sector, 18.956 en el caso de Italia, 15.000 en el caso de España; por los metros cuadrados producidos en cada país revela que mientras en Italia cada trabajador produce una media de 21.945 metros cuadrados al año, en la industria castellonense se eleva hasta los 32.800 metros cuadrados.

Es decir, la industria española, cuyo 95 % se concentra en la provincia de Castelló, produce más con menos. Y buena parte de esa posición ventajosa para España hay que buscarla en los fuertes procesos de concentración empresarial que se han continuado produciendo en los últimos meses, creando grandes conglomerados productivos como Grupo Pamesa, Grupo STN, Argenta, Baldocer o Halcón. Grandes grupos empresariales que han optimizado al máximo sus recursos productivos,

De ahí que la industria italiana siga con su política de recorte de plantilla (un 1% en 2016), mientras que las plantas españolas, ya muy ajustadas de personal tras la crisis económica iniciada en 2007, se hayan visto obligadas a aumentarlo para poder dar salida al incremento de la producción (500 trabajadores más en el último ejercicio).

Aun así, España continúa teniendo una gran asignatura pendiente: la internacionalización. Las empresas italianas radicadas fuera de sus fronteras ya generan una facturación de 855,6 millones de euros y una producción de 85 millones de metros cuadrados, mientras que las factorías castellonenses continúan sin romper los límites del cluster azulejero.

De hecho, las fuertes inversiones que se están acometiendo en la actualidad en las plantas azulejeras castellonenses apuntan a que los empresarios no tienen, al menos de momento, interés en internacionalizar su producción al margen de Castelló.