La Generalitat no quiere dejar escapar Intercitrus y mantiene contactos con el comercio privado, cooperativas, industria y organizaciones agrarias de la Comunitat Valenciana para evitar su desmantelamiento y posible traslado a Sevilla tal como reclaman productores naranjeros de Andalucía ante la inactividad de esta interprofesional desde 2011; cuando fue desmantelada y cerrada su sede social en la capital del Túria.

El secretario autonómico de Agricultura y Medio Rural, Francisco Rodríguez Mulero, aseguró ayer en declaraciones a Levante-EMV que el Consell «busca activar» Intercitrus y que el sector valenciano «se ponga las pilas» para volver a poner en marcha una organización que debe servir para promocionar la actividad y mejorar sus resultados en el mercado. Rodríguez-Mulero, que dejó claro que no quiere que la interprofesional «viva de las subvenciones públicas», sí comentó que la conselleria está dispuesta a hablar con el Gobierno central y los Ejecutivos de Andalucía, Murcia, Andalucía y Cataluña -es decir, las autonomías productoras de agrios- para estudiar vías de financiación.

Intercitrus, constituida en València en septiembre de 1993, ha dejado de lograr fondos de la Unión Europea. El Consell pretende que el sector revise estatutos de esta organización para evitar divisiones internas, así como redefinir su funcionamiento y estructura. Además, pretende reactivar su actividad de promoción y de defensa de los intereses de todo el sector citrícola ante Bruselas. Mientras organizaciones de productores citrícolas de Andalucía quieren impulsar Intercitrus, tal como defienden Asaja, Coag y UPA en aquella autonomía, las principales entidades del campo valencianas mantienen posturas enfrentadas.

La Unió pide representatividad

El secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, muestra su estupor «porque las organizaciones, sobre todo las agrarias, que hundieron la interprofesional ahora quieran reflotarla de nuevo. Lo que está claro es que si la Unió no está es porque no le dejan, a pesar de su representatividad. Exigirá que las normas que se apliquen afecten sólo a los cítricos andaluces y que la administración valenciana no subvencione esta interprofesional. Nuestra organización estatal Unión de Uniones ha recurrido ante Bruselas el funcionamiento de las actuales interprofesionales porque no están constituidas con la ley europea. La representatividad de sus integrantes se la adjudican sus integrantes sin ningún proceso participativo», agregó Mampel. La Unió, tras su escisión de la Coag, no tiene representación en Intercitrus.

Para el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, «el debate no es tanto dónde podría estar la nueva sede e Intercitrus, cuya capitalidad es testimonial y sigue en estado de letargo, sino el modo de reestructurar esa organización profesional que nació fruto del acuerdo entre productores, cooperativas, comercio privado e industrias».

Aguado reconoció que ya han mantenido contactos con la conselleria de Agricultura para intentar llegar a un primer acuerdo sobre el modo de reconstruir Intercitrus. El máximo dirigente de AVA-Asaja considera que la entidad «no puede limitarse a gestionar la publicidad y promoción del sector. Debe tener planteamientos más ambiciosos y ver cómo puede convertirse en instrumento verdaderamente útil para influir en el buen desarrollo de las campañas citrícolas», apuntó Aguado.

Cooperatives Agroalimentàries, que preside Cirilo Arnandis, defiende la necesidad de plantearse «qué clase de interprofesional necesita el sector y cuáles son sus objetivos para reactivarla. Y luego buscar el acuerdo de todo el sector». Además, sostiene que adoptar resoluciones por unanimidad dificulta su actividad». Respecto a la sede, Cooperatives dice que es una cuestión secundaria: «Hay que recuperar Intercitrus y luego hablar si debe estar en València, Sevilla, Murcia o Madrid», agrega.