El futuro de Liberbank, la entidad liderada por Cajastur que dio un portazo en 2011 a la ya extinta CAM por un fundado temor a que el tóxico balance de la alicantina la contaminara, podría estar en la Comunitat Valenciana, que es donde tienen su sede dos de los potenciales candidatos a una eventual adquisición. En un informe fechado ayer y publicado por el diario económico Expansión, el Banco Santander identifica a la entidad procedente de la integración de las cajas de Asturias, Extremadura y Cantabria como un "atractivo"caso de fusiones y adquisiciones con dos pretendientes en el horizonte. Se trata de Bankia y CaixaBank, a los que Santander califica,"bajo nuestro punto de vista, como potenciales compradores".

El «atractivo» de Liberbank de cara a una posible operación corporativa se justificaría por su actual valoración en Bolsa. Santander recuerda que Liberbank está cotizando a un ratio precio-valor contable de 0,48 veces. "Asumiendo un 30% de prima sobre los actuales niveles, estimamos que el comprador podría hacer uso de alrededor de 1.000 millones de euros de badwill (fondo de comercio negativo) para alcanzar un 70% de cobertura de los activos problemáticos", asegura el informe. Por lo tanto, el comprador debería ampliar capital por alrededor de 1.780 millones de euros.

Santander considera que cualquiera de los dos bancos (tanto Bankia como Caixabank) podrían reducir temporalmente sus ratios de capital de máxima calidad hasta el 11% para minimizar el impacto de la operación. El informe calcula en 900 millones de euros el capital nuevo que necesitaría Bankia para afrontar la compra, cifra que en el caso de Caixabank alcanza los 840 millones. Ambas entidades tienen su sede en València. La primera desde su fundación en 2010 y la segunda desde octubre por el conflicto catalán.