La startup valenciana Solatom reduce el coste económico y ambiental que supone para las industrias la generación de calor a través de energías renovables gracias a la creación de módulos solares transportables, competitivos y rápidos de conectar.

Dos tercios del consumo energético en la industria no es electricidad, sino calor. Este, normalmente en forma de vapor, aceite térmico o agua caliente, se utiliza para procesos tan comunes en la industria como la fermentación, la pasteurización, el secado o el tintado de tejidos. El vapor se genera actualmente con calderas alimentadas por combustibles fósiles, lo que supone un coste económico y ambiental muy elevado para la industria. Por ello se están buscando alternativas más asequibles y limpias como la energía solar.

Para generar vapor mediante energía solar se utilizan concentradores solares. Estos sistemas se construyen in-situ, lo que los hace solo competitivos a gran escala. Cuando se intenta adaptar los diseños tradicionales a aplicaciones industriales (normalmente de menor tamaño), el periodo de retorno es tan alto, que dejan de ser atractivos para estas.

Lo que el diseño de Solatom permite es construir plantas solares para su uso en industria, a partir de módulos pequeños transportables (y reubicables). Estos módulos se fabrican en serie, lo que permite aumentar su competitividad, y posteriormente se transportan al cliente industrial listos para su uso. Centralizar la construcción ha permitido a la startup valenciana conseguir periodos de retorno de tres años, frente a los ocho de una instalación tradicional de este tipo.

Con este sistema se produce calor de las mismas características que el generado en las calderas tradicionales, pero reduciendo el coste de generación en un 35%. Además, el diseño modular permite añadir o retirar módulos en función de la demanda energética (cuanta más potencia, más módulos) de manera rápida, flexible y sin intromisiones (no interfieren en la producción de la industria).

En un sector como la industria, responsable de un tercio de las emisiones de este gas en Europa, además del ahorro económico en la factura energética de la industria, cada módulo reduce nueve toneladas de CO2 anuales, mejorando sensiblemente la huella de carbono y la sostenibilidad del proceso. Los ingenieros de planta pueden comprobar estos datos de mejora en tiempo real a través del sistema de monitorización de Solatom.

El proyecto de Solatom ha sido seleccionado para participar en el Hack4Climate, el primer hackathon (encuentro de programadores) destinado a combatir el cambio climático, que se celebra en Bonn, Alemania, durante la cumbre del COP23. Esta competición, organizada por Naciones Unidas, ha escogido a 100 participantes de todo el mundo para desarrollar soluciones energéticas descentralizadas (blockchain). El sistema propuesto por solatom se basa en la generación e intercambio de energía térmica en grandes áreas industriales.

Además, el equipo ganó este año la edición nacional de la competición de startups de Climate-KIC y participará en la final europea que se celebra en Slush. Este evento reunió el año pasado a más de 2.300 startups, 1.100 inversores y 17.500 participantes de diferentes sectores tecnológicos. El acontecimiento tendrá lugar en Helsinki, Finlandia, del 30 de noviembre al 1 de diciembre y en él Solatom competirá contra las 30 empresas finalistas de todos los programas europeos que han participado.

Solatom funciona desde 2016 gracias a la creatividad de tres ingenieros: Miguel Frasquet (CEO), Juan Martínez (CTO) y Carlo Terruzzi (R&D). Actualmente la empresa está siendo acelerada por Lanzadera, impulsada por Juan Roig, dentro de su programa homónimo, que tiene la convocatoria abierta (lanzadera.es/), y por Climate-KIC, la asociación para la innovación en materia de cambio climático más importante de Europa.