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El especulador cazado

El fiscal se opone a la personación en la causa que instruye el hundimiento del Banco de Valencia de tres accionistas que compraron sus títulos de la entidad financiera cuatro meses después de que el Estado la interviniera a través del FROB

El especulador cazado

A río revuelto, ganancia de pescadores, se suele decir. No siempre. Que se lo pregunten a tres accionistas del Banco de Valencia que compraron títulos de la entidad el 24 de marzo de 2012, cuatro meses después de que fuera intervenida por el FROB. La fiscalía anticorrupción se ha opuesto a la personación de dichos inversores -C.Alarcón y J. y M. Herrera Alarcón-, y ha interpuesto recurso de reforma contra la providencia del titular del juzgado número 1 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, que instruye la macrocausa por las querellas de la asociación de pequeños accionistas de la entidad Apabankval y el FROB.

La fiscalía recurrió el pasado 8 de septiembre al entender que dichos inversores compraron las acciones «cuando las dificultades por las que atravesaba la entidad bancaria eran notorias y públicas, por lo que la decisión de inversión no estaba afectada por los hechos que son objeto del presente procedimiento». Apabankval denunció a la excúpula del banco por, entre otros delitos, el de falsedad contable, es decir, que las cuentas presentadas por sus gestores no reflejaban la realidad del mismo y, en consecuencia, se engañó a los accionistas.

Desde la salida del consejero delegado, Domingo Parra, a principios de octubre de 2011, pero sobre todo a partir del momento, a principios de noviembre, en que trascendió que el banco podía tener un agujero de 600 millones que luego fue muy superior, los títulos de la entidad fueron hundiéndose progresivamente. El 21 de noviembre de aquel año, cuando el fondo público FROB lo intervino, las acciones del Banco de Valencia cotizaban a 0,74 euros y siguieron en la pendiente en los meses siguientes. Cuando finalizaba marzo de 2012 acumulaban en el primer trimestre un descenso del 69 %. Las acciones valían en torno a 0,15 euros.

En aquellos días, justo cuando compraron sus títulos los mencionados inversores, se produjo un alza del 23 % ante la expectativa de una inminente venta del banco por parte del FROB a un competidor. Es decir, había inversores que t0maban posiciones cuando los valores estaban muy bajos. Esta operación se demoró mucho más de lo previsto. Tanto que la venta no se hizo oficial hasta el 27 de noviembre de 2012. El FROB inyectó 4.500 millones en el Banco de Valencia para sanearlo y lo vendió por un euro a CaixaBank. El 16 de julio de 2013 la entidadvalenciana dejó de cotizar tres días antes de que se formalizara la absorción formal. Los títulos valían 0,01 euros, es decir, prácticamente nada.

Todo esto fue ampliamente difundido por los medios de comunicación, argumenta la fiscalía para oponerse a la personación.

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