Ocho meses después del cambio estatutario que la transformó de patronal provincial a autonómica, la nueva Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) consumó ayer su puesta de largo como referente del empresariado autóctono en el transcurso de una asamblea extraordinaria en la que sus integrantes aprobaron por aclamación los estatutos que convierten a la organización en la nueva casa común de los empresarios de València, Castelló y Alicante.

La asamblea estuvo más concurrida de lo que es habitual. De hecho, participó de forma directa o indirecta cerca del 75 % de los miembros de este órgano de gobierno, incluidos muchos de los nuevos asociados procedentes de Alicante y Castelló. Como apuntó ayer su presidente, Salvador Navarro, «esta nueva fase que iniciamos ahora» concluirá en el primer trimestre de 2018 con la convocatoria de una asamblea para elegir a los vocales de los órganos de gobierno y a los presidentes de los consejos empresariales provinciales, unas figuras novedosas que tienen como misión erigirse en sucesores de las antiguas patronales provinciales, pero sin su estructura. En relación con esto, Navarro auguró que es «cuestión de tiempo» que las patronales provinciales de Alicante y Castelló se unan a este nuevo proyecto, pues cree que «hay que lamer heridas», y recordó, según Efe, que «la parte importante, el peso de los sectores de una provincia y de otra, está aquí ya».

Los estatutos establecen que en el plazo máximo de un año desde la entrada en vigor de los mismos se convocará otra asamblea, en este caso para la elección de presidente. Fuentes de la CEV explicaron que Salvador Navarro continuará al frente de la organización durante esos meses y que se presentará a la reelección. De ser elegido, podría continuar en el cargo ocho años más. Precisamente, una de las novedades incorporadas a los estatutos es que el candidato a presidente deberá presentar como mínimo el aval del veinte por ciento de los miembros de la asamblea. Será elegido el postulante que obtenga un 40 % de los votos.

Los estatutos no establecen el número de vocales de la asamblea, pero determinan que cada asociado tendrá una plaza al menos y que el total de las empresas directamente asociadas no podrán superar el 30 %. La junta directiva estará integrada por entre 70 y 100 miembros, mientras que el comité ejecutivo tendrá 25, con un presidente, un máximo de nueve vicepresidentes (lo serán los tres de los consejos provinciales) y quince vocales de la junta. A València le corresponderá un máximo de 12, a Alicante, 8 y 5 a Castelló, con lo que estas dos últimas juntas tendrán mayoría.

Los estatutos incluyen que el presidente de la CEV podrá tener una remuneración que debe ser aprobada por la junta directiva. Todos los demás cargos serán honoríficos. Resulta llamativo que el texto aprobado ayer contemple que, en caso de disolución de la CEV, el comité ejecutivo se constituya en comisión liquidadora, una previsión de la que carecía Cierval. Asimismo, se estipula que los bienes y derechos resultantes de la liquidación se destinarán a entidades no lucrativas privadas.

Durante su intervención, Salvador Navarro destacó que la nueva autonómica nace «reconocida por sus interlocutores, administración y sindicatos», y con una base asociativa «que queremos seguir ampliando». Asimismo, puso de relieve la solvencia de la organización y su creciente dependencia de los ingresos privados -ya suponen un 60 % del total, «cuando no hace tanto tiempo eran del 10 %- para ganar en independencia de la administración. Por último, Navarro recordó que este año la CEV llegó al 40 aniversario de su fundación, pero que no lo celebrará hasta el próximo ejercicio.