Más de la mitad de las empresas cuenta con un código ético o una guía de buenas prácticas, aunque ello no impide que el 73% de los directivos se enfrente a dilemas éticos en su gestión y los resuelvan "libremente". Así se desprende de la encuesta sobre Buenas Prácticas en la Gestión que ha realizado la Asociación Española de Directivos (AED) junto a Casa Caridad, según han informado ambas en un comunicado.

Amparo Bertomeu, presidenta de la AED en València, ha presentado los datos y ha subrayado "la labor fundamental que tienen los directivos para las buenas prácticas ya que es su gestión la que permite que aunque solo la mitad de las empresas tienen códigos éticos y planes de RSC, la práctica totalidad acaben gestionándose con criterios éticos".

Por su parte, Luis Miralles, presidente de Casa Caridad, ha hecho hincapié en el interés que desde la entidad tienen por conocer las inquietudes del panorama más cercano. "Somos conscientes del papel protagonista que tienen que tener las empresas en la erradicación de las desigualdades y por ello, defendemos la cooperación entre ONGs y empresas para desarrollar estrategias de acción social capaces de buscar el beneficio de todos los colectivos".

La muestra, realizada a un centenar de ejecutivos, refleja que los problemas laborales son la principal preocupación ética de los directivos para el 41,2% de los encuestados, muy por encima del resto de áreas y actividades, como la asunción de riesgos financieros (14,5%), la gestión de proveedores (12,2%), la contratación con la administración pública (9,9%), la prevención de riesgos laborales (5,3%) o la gestión de clientes (3,8%).

Como se ve, la relación con los stakeholders o afectados por la actividad de la empresa es una de las primeras inquietudes de los ejecutivos. De hecho, la gestión de los recursos humanos, los proveedores y los clientes concentran más de la mitad de los dilemas éticos de los directivos.

No obstante, la resolución de estas disyuntivas sí depende principalmente de ellos. Así, el 78,4% afirma que responde libremente a los conflictos éticos con los que se encuentra, "sin estar condicionado por la empresa".

Para una amplia mayoría (94,7%), su empresa se gestiona con criterios éticos, de los que hace partícipe a todos los empleados (92,5%). Pese a ello, sí creen que hay posibilidades de mejora en ámbitos de comunicación al exterior e internamente, en acciones de voluntariado corporativo, RSC y en conciliación familiar y laboral.