El president de la Generalitat, Ximo Puig, alabó ayer el hito financiero que representa Caixa Ontinyent, la única entidad valenciana de las dos cajas de ahorros (la otra es la de Pollença, en Baleares) que sobrevivieron al tsunami de la reorganización bancaria española y que se saldó con la desaparición o la absorción de las entidades históricas. "Caixa Ontinyent lo hizo muy bien cuando todos lo estaban haciendo muy mal", resumió ayer Puig en la inauguración oficial de la nueva sede central de la llamada Caixa de les Comarques Centrals. "Caixa Ontinyent —agregó ayer Puig— es el corazón de nuestro pequeño sistema financiero valenciano. Es el ejemplo de que se pueden hacer las cosas bien", insistió.

El presidente de la Diputación de València y alcalde de Ontinyent, Jorge Rodríguez, alabó igualmente el modelo de gestión, del que dijo que aúna "prudencia e innovación". "Por su manera de trabajar y por la pasión que pone, Caixa Ontinyent —dijo— sí que tiene la receta mágica del éxito", apostilló el primer edil, que no pasó por alto el colosal empuje dado por la entidad a la conversión de Ontinyent en una ciudad universitaria.

La remodelación ha permitido concentrar todos los servicios en el nuevo inmueble de la emblemática plaza de Santo Domingo de Ontinyent. Dispone de 2.800 metros cuadrados. Antes trabajaban en la sede central 40 empleados; ahora lo hacen 71 ya que algunos servicios que se prestaban en otras dependencias se han centralizado en la nueva. El edificio consta de cinco plantas, sótano y terraza. También se mantienen las antiguas cajas de alquiler, empleadas para documentación muy confidencial. Éstas, las de seguridad y el autoservicio para clientes son una muestra de la elevada protección incorporada, ya que para su apertura se precisa de una tarjeta identificativa, un número pin, un reconocimiento por el sistema de biometría (la mano del usuario) y una llave para abrir la caja, que es accionada por un sistema robotizado y que se encuentran en el sótano, donde se halla el centro de transformación y la zona de custodia y seguridad. El servicio de cajas está en la planta baja, que también alberga el área de negocio (internacional, intermediación, marketing) y la oficina de atención al cliente. En la planta alta están los despachos del director general, del presidente y la sala de juntas. Y la terraza es ahora un espacio útil con una imponente vista de la ciudad.

Caixa Ontinyent tiene su sede central en la plaza Santo Domingo de Ontinyent desde 1889, cinco años después de su fundación. El anterior edificio (sobre el que se ha habilitado éste) se construyó en 1973, y si bien estaba totalmente obsoleto fue en su día un inmueble fiel a su época.

En su discurso de ayer, el presidente de Caixa Ontinyent, Antonio Carbonell, insistió en que ser "prudentes y responsables" está detrás "del éxito de esta entidad", unánimemente alabada "como ejemplo de gestión" comedida y "totalmente saneada", tan saneada que se ha embarcado en la rehabilitación integral de su sede por el camino "no más caro, pero tampoco el más barato", dijo. Y es que el nuevo edificio utiliza la estructura del anterior pero renovándolo en su totalidad y sin variar la volumetría de aquel. Lo más fácil hubiera sido tumbarlo y rehacerlo. O irse a otro espacio menos icónico que el Poble Nou pero más práctico. De la vieja Caixa Ontinyent sólo se han salvado unos elementos decorativos setenteros en la recepción, y las barandillas de las escaleras. El resto: minimalismo, mucho blanco y soluciones de vanguardia que permiten que la nueva sede (cuya remodelación ha costado 4 millones de euros) sea un edificio con todas las prestaciones y adelantos, y un espacio volcado con el ahorro energético.

Caixa Ontinyent dispone de 48 oficinas en 31 municipios, ubicadas en las comarcas de la Vall d´Albaida, la Costera, la Safor, el Comtat, l´Alcoià y la ciudad de València. Cuenta con 80.000 clientes y un volumen de negocio de 1.900 millones de euros. Su Obra Social beneficia a 250.000 personas. Tiene 208 empleados.