La subida del precio del alquiler está expulsando al área metropolitana de València a los inquilinos. Seis barrios de València se han quedado sin pisos de alquiler a precios razonables, según reveló ayer el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de València. La situación es «especialmente preocupante" en Ciutat Vella, Russafa, Campanar, l´Eixample, Extramurs y la Patacona ya que "apenas hay pisos disponibles para alquilar y los que salen al mercado lo hacen a precios muy elevados». Esta escasez de oferta ha elevado el coste de las rentas entre el 10 y el 15 % en el último año.

El problema está generalizado en las grandes capitales españolas, aunque es especialmente grave en Madrid, Barcelona y València. Las inmobiliarias advierten de que el mercado está descompensado por la demanda de personas que no pueden acceder a la compra.

Los responsables del Colegio de API de València lamentaron que la situación afecta "especialmente a parejas jóvenes, personas que buscan independizarse de sus padres o a las familias que perdieron su vivienda con la crisis y solo pueden optar al alquiler".

Richard Argandoña, vicepresidente del Colegio de API de València, explicó que en zonas como Fernando el Católico es muy complicado encontrar pisos para una familia por debajo de 700 euros y las pocas viviendas que entran en las inmobiliarias se alquilan el mismo día. Otro ejemplo de la inflación del mercado es el alquiler de un piso de una habitación en la avenida de la Constitución por quinientos euros. La renta media para un piso de 125 metros está entre los 800 y los 900 euros.

Argandoña indicó que el gran problema ha sido la desaparición del parque de viviendas de alquiler por la dinámica de mercado. "En los años de crisis inmobiliaria se introdujeron en el mercado del alquiler muchas viviendas que no podían ser vendidas por parte de particulares, promotoras y entidades bancarias. Cuando los precios tocaron suelo se cerraron muchas ventas a buen precio de particulares e inversores y la oferta se redujo drásticamente", señaló.

Según el Colegio de API, en el centro de València la situación se ha agravado por las viviendas turísticas. "Muchos propietarios de zonas turísticas obtienen una rentabilidad mucho mayor alquilando por temporadas cortas. Esta evolución del mercado está comenzando a crear problemas a familias que ya tenían vetado el acceso a la compra por la falta de financiación hipotecaria y ahora encuentran dificultades para acceder al alquiler por los altos precios y la poca disponibilidad", aseguran los agentes de la propiedad inmobiliaria.

Alfredo Cano, presidente del Colegio de API de València, insistió en que el mercado está "colapsado". "Muchas familias se están trasladando a la periferia y al área metropolitana de València porque no pueden pagar. Otras optan por compartir piso", señaló.

Los plazos para alquilar se han reducido sensiblemente. Hasta hace unos meses se tardaba treinta días de media en alquilar una vivienda, pero "ahora los pisos duran horas porque no hay".

Ante esta situación, los agentes de la propiedad inmobiliaria proponen como posibles soluciones que las administraciones establezcan incentivos fiscales al alquiler de las viviendas habituales y que saquen al mercado de arrendamientos inmuebles públicos a un precio asequible.