La comisión consultiva de Ford Almussafes, de la que forman parte representantes de la dirección y los sindicatos, se reunió ayer para analizar la situación de la compañía y preparar los próximos planes de producción de la factoría. Y las noticias no fueron muy buenas: la planta reducirá un 5,1 % la fabricación de vehículos (pasará de 1.940 a 1.840 unidades por día a partir de diciembre), lo que supondrá que al menos 150 puestos de trabajo eventuales se pierdan. Además, en el próximo cuatrimestre habrá tres días de paros técnicos.

El director de Recursos Humanos de Ford España, José Abargues, anunció a los dirigentes sindicales (UGT, STM-Intersindical, CC OO y CGT) la «necesidad» de negociar un nuevo Acuerdo de Competitividad «para estar mejor situados en el 2019 ante la dirección de la multinacional con el objetivo de que nos asignen nuevos modelos además del Kuga». En esa propuesta, la multinacional asegura que dicho acuerdo debe versar sobre «sueldos, condiciones de flexibilidad, bolsa de horas, facilitar la movilidad y las prácticas de trabajo», entre otros acuerdos.

La multinacional Ford cerrará este año la producción en la factoría de Almussafes en números históricos, de en torno a 417.000 vehículos terminados. Es un récord fraguado en los últimos meses del año, por efecto del tirón del Kuga al calor de un mercado en que esta gama de vehículos (los SUV) está arrasando.

Para 2018, sin embargo, las previsiones de producción apuntan a la baja. En este primer encuentro, con todo, la empresa ha trasladado que la bajada de producción -los cálculos hablan de 405.000 vehículos para 2018- va a conllevar recortes de personal. No habrá despidos, pero no se renovarán los contratos temporales. De momento, no seguirán los citados 150 contratados para los últimos meses de este año como respuesta al incremento de producción. Y también es posible que no renueven parte de los 300 contratados en 2015 y que terminan al final de este ejercicio.

Además, como consecuencia de la bajada de la producción el día 2 de enero se convierte en vacaciones y será a cargo de una de las llamadas jornadas industriales pactadas para 2019.

Otro de los asuntos que ha puesto la dirección sobre la mesa es la posibilidad de que la planta de motores adelante las vacaciones. Del parón tradicional de agosto, se reclama que cese su actividad en junio, para adaptarse al ritmo de producción de Estados Unidos, uno de los principales clientes del suministro del propulsor. Y es que el nuevo motor que tiene encargada la factoría equipará el Ford Maverick. UGT ya ha trasladado su oposición a esta medida. En abril de 2018 está previsto que se recupere el segundo turno de motores, perdido el pasado junio y que conllevó la aprobación de un expediente de regulación temporal de empleo. El actual convenio colectivo conlleva que el período vacacional pueda adelantarse como mucho a la última semana de julio.

Según explica el responsable de la sección sindical de UGT-Ford, Carlos Faubel, la empresa ha reclamado, en líneas generales, mantener el ritmo de eficiencia y flexibilidad en la producción para 2018, en que se confía en captar nuevos modelos para elevar la carga de trabajo de la fábrica valenciana.