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Agricultura

Inmobiliarias y asesores fiscales entran en el negocio citrícola para especular con las ventas

Empresas de la Comunitat Valenciana ajenas a la actividad naranjera logran beneficios al revender la cosecha a comercios del sector - Agricultores de diversas comarcas denuncian las "malas prácticas" y advierten de posibles riesgos por impagos

Inmobiliarias y asesores fiscales entran en el negocio citrícola para especular con las ventas

Empresas y autónomos vinculados con el sector del ladrillo han encontrado otros nichos de mercado para hacer negocios en la Comunitat Valenciana. Se trata de comprar cosechas citrícolas a los agricultores directamente en el campo y luego revenderlas a los operadores naranjeros incluso a un precio superior.

Estos intermediarios ajenos al sector citrícola -que están proliferando durante estas últimas campañas según fuentes agrarias- compran mandarinas y naranjas a una cotización convenida con los agricultores (que debe incluir un Impuesto sobre el Valor Añadido del 12 %) y obtienen ganancias simplemente aplicando como valor en origen el que han pagado a los agricultores, con lo que venderán las cosechas a un precio final superior porque el comercio tendrá que pagar dicha cotización más el correpondiente IVA.

Las empresas y profesionales por cuenta propia dedicados a estas prácticas comerciales, entre los que se encuentran gestorías y asesores fiscales, carecen de almacenes, cámaras frigoríficas e infraestructuras necesarias para almacenar las cosechas, por lo que las mercancías compradas permanecen en los árboles hasta que vuelven a venderlas a comercios del ámbito naranjero. Los agricultores que venden a esas sociedades se llevan una gran sorpresa al observar cómo estos intermediarios despachan directamente con empresas citrícolas a la hora de iniciar la recolección de la cosecha en sus campos de cultivo.

Posible morosidad

Propietarios de explotaciones de diversas comarcas de la Comunitat Valenciana han comprobado que entre los objetos sociales de estas firmas intermediarias en la compra-venta naranjera, además de promotoras inmobiliarias y gestorías, figuran mercantiles relacionadas con la construcción así como profesionales liberales. Un claro riesgo que sufren los productores es el de posibles impagos de estas sociedades ajenas al sector citrícola y que se aprovechan del eslabón más débil de la cadena agroalimentaria: los productores.

Fuentes del sector citrícola consultadas por Levante-EMV reconocen que las mencionadas «malas prácticas comerciales» pueden provocar unas cotizaciones a la baja en origen para que estos compradores consigan un «negocio fácil» y sin asumir riesgos económicos. Algunos propietarios también temen que estas operaciones proliferen durantre esta campaña de cítricos, que ha comenzado con precios superiores respecto a los dos últimos años en variedades de mandarinas y naranjas.

Las últimas cotizaciones medias contempladas por la Lonja de Cítricos de València, relativas a la semana 49 (4 de diciembre), sitúan las navelinas en 2,404/2,705 euros por arroba (unos trece kilogramos), lo que mantiene su valor estable respecto a la semana anterior, si bien es superior a la campaña precedente. Mientras tanto, por las navel se están pagando en el campo entre 2,705 y 3,606 euros por arroba.

Por lo que respecta a las cotizaciones de las mandarinas, las clemenules y orograndes se han pagado entre 3,005 y 4,508 euros/arroba y por las hernandinas, entre 4,207 y 4,808 euros. Estas dos últimas variedades apenas registran ya operaciones en el campo, donde ya ha empezado la recolección de las clemenvillas, cuyos precios oscilan entre 3,005 y 4,508 euros por arroba.

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