Juan Lladró, el mayor de los tres hermanos fundadores de la empresa valenciana dedicada a las piezas de cerámica y porcelana decorativa, ha fallecido esta mañana, a los 91 años de edad.

El empresario natural del Almàssera, formado en la Escuela de Artes y Oficios de San Carlos, al igual que sus dos hermanos, puso en marcha su primer taller de cerámica a los 25 años en su localidad natal, trabajando en un pequeño horno moruno en el patio trasero de la casa familiar.

El crecimiento de los encargos y el reconocimiento de sus trabajos dio origen a una gran empresa en menos de una década, que se instaló en la vecina localidad de Tavernes Blanques y que en los años 60 y 70 del pasado siglo inició una expansión internacional que llevó la firma Lladró a los cinco continentes, con filiales en Estados Unidos, Canadá, Alemania, Bélgica, Italia, Reino Unido, Japón, Hong Kong, Singapur o Australia. La firma dispone, desde 1988, de un museo y galería en Nueva York, y numerosas piezas suyas se exponen en museos de todo el mundo.

Además, con el paso de los años, los tres hermanos han convertido sus instalaciones en Tavernes Blanques, conocidas como La Ciudad de la Porcelana, en sede de una excepcional colección pictórica (abierta al público hasta el año pasado) que incluye cuadros de Sorolla, El Greco y Zurbarán, entre otros grandes pintores.

Durante su trayectoria laboral, el valenciano formó parte de consejos de administración como Antena 3, entidades bancarias y cámaras. Fue galardonado en 1992 con el premio empresario del año, entre otras distinciones, y decano de la Real Acadèmia de Cultura Valenciana.

Con el paso del tiempo, las relaciones entre los patriarcas de la empresa fueron cada vez más difíciles. De hecho en 2007, los tres hermanos repartieron sus negocios. Juan y su familia se quedó con el departamento de la porcelana (70%), mientras que los otros sectores, como el inmobiliario, fue a manos de José y Vicente, con el 30% restante a partes iguales.

El pasado enero, la junta extraordinaria de accionistas de Lladró acordó la venta de la compañía al grupo PHI INdustrial. Así, se imponía la propuesta de la parte de la familia -Juan Lladró y sus hijos- que defendían esta operación frente a la propuesta de otro de los tres hermanos (José) y sus descendientes, que proponían la venta parcial de la firma a otro inversor.

Con la venta se ponía pone punto final a una trayectoria sin parangón en la economía valenciana. Los hermanos Lladró levantaron un imperio de la cerámica decorativa, que devino en su día en un emblema del lujo, a partir de un horno moruno en su localidad natal, donde en los años cincuenta del siglo pasado empezaron a hacer figuras de porcelana.

La innovación y el diseño y un evidente atrevimiento comercial en su internacionalización llevaron a la compañía a ser popular entre los más exquisitos del planeta y a contar con tiendas en la Quinta Avenida de Nueva York o en Rodeo Drive (Los Ángeles), a cuya inauguración acudieron estrellas de Hollywood como Charlton Heston o Lauren Bacall. Desde aquel esplendor, la firma fue palideciendo con el cambio de siglo de forma paulatina, acumulando pérdidas, caída de las ventas y reducción de plantilla, hasta convertirse en una sombra de los años de vino y rosas.