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Crisis en Cataluña

Los grandes caseros de València sacan partido de la fuga de empresas catalanas

Los grupos patrimoniales de familias valencianas como Nebot, Ballester o José Vicente Soler atraen clientes catalanes a sus edificios de oficinas

Los grandes caseros de València sacan partido de la fuga de empresas catalanas

La llegada a la C. Valenciana de decenas y decenas de empresas catalanas (ya se cuentan 250 desde el referéndum de independencia), en plena huida por el conflicto secesionista, no solo está dejando un balance positivo en términos de mejora reputacional, con una autonomía estable política y económicamente que se ofrece como 'refugio'.

La búsqueda de despachos para establecer el domicilio social de las empresas está contribuyendo también a la reactivación del mercado terciario de oficinas, que vuelve a vivir momentos de fuerte empuje por la recuperación de la actividad económica. Y los grandes propietarios de oficinas de la ciudad, los caseros de València, están sacando partido también de la llegada de estas empresas.

Sin ir más lejos, el registro mercantil hacía público anteayer que la firma dedicada a la tapicería EuroSpradling SL, con su centro de operaciones en Polinyà (Barcelona), acaba de mover su domicilio social a un edificio de la Avenida Cortes Valencianas. Concretamente, al Sorolla Center, que pertenece a Inversiones Guadalmedina (grupo IGSA), del promotor Enrique Ballester.

Según se desprende del boletín, también están llegando mercantiles catalanas al edificio de oficinas Parque Albufera, en Alfafar, también de Ballester, que es uno de los mayores propietarios de la ciudad y alrededores, con una decena de edificios.

Edificio Géminis

Muy cerca del Sorolla Center, al otro lado de la calle, también suman inquilinos por el traslado de empresas catalanas. Se trata del edificio Géminis, de José Vicente Soler, otro superviviente de la crisis, y que en las últimas semanas está incorporando vecinos. Cintacor y Stor Planet, de un grupo de Granollers dedicado a productos de decoración de cortinas, acaban de domiciliarse allí. O la consultora de Tarragona Adomis Tech. Soler también dispone de otro centro de negocios (Aries Center) en Poeta Querol.

Los hermanos Pablo y Ana Serratosa Luján han sido durante la crisis los propietarios más activos en cuanto a compras. Y aunque desde Zriser (el family office que agrupa sus participaciones inmobiliarias e industriales) señalan que no han alojado a inquilinos catalanes, sí confirman la percepción de la mayor demanda en la ciudad.

Sus oficinas, para un perfil de cliente de tamaño importante, rondan el 93% de ocupación en los cinco edificios que poseen. «Las cosas van mejor», confirman.

Pirelli, a un edificio de Valentia

Coinciden desde Grupo Valentia, firma de una parte de la familia Nebot, también grandes propietarios de oficinas. «En un año se han duplicado o triplicado las peticiones. De tener oficinas vacías en el centro, a tener lista de espera», aseguran desde el grupo. La mayoría de sus ocho edificios propios, sobre todos los del centro de la capital, están casi al 100 %.

Al empuje por la recuperación de la actividad, se suma el complemento de los nuevos inquilinos. El grupo confirma nuevas entradas de firmas catalanas en sus edificios del puerto.

Además, en otro de los edificios que gestionan, cerca de la estación del AVE, se ha fijado el domicilio social de la marca de neumáticos Pirelli, una de las firmas más conocidas que ha abandonado Cataluña desde el estallido de la crisis independentista.

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