El dolor, algo tan poco apreciado por el común de los mortales, es el centro de la vida profesional de Lucía Hipólito Cubedo, desde anoche premio Talento Joven de Ciencia. Hipólito, nacida hace 35 años, está especializada en el estudio del dolor. Aunque su Doctorado versó sobre la adicción, después se decantó por la neurobiología del dolor.

Profesora del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica y Parasitología de la Universitat de València, estudia cómo varios factores, principalmente el dolor crónico, influyen en los trastornos adictivos. Lo hace en colaboración con investigadores de la Washington University de St. Louis (EE UU.). Además, Hipólito trabaja en otra línea vinculada con los trastornos adictivos, pero en este caso centrados en el estudio de nuevos medicamentos para el tratamiento de la recaída en el alcoholismo. Para este cometido, colabora con otros investigadores como Ana Polache y Luis Granero.

La académica de la Universitat de València desarrolló su proyecto postdoctoral en la Universidad de Columbia y ahí es donde abundó en el estudio del dolor crónico y la adicción a opiáceos.

A pesar de su juventud, ya ha recibido destacados galardones en su trayectoria profesional, como el premio el premio a jóvenes investigadores ESBRA-Nordmann Award de la Sociedad Europea para la Investigación Biomédica en Alcoholismo o el galardón a la Trayectoria Investigadora y de Excelencia en Dolor, otorgado por Fundolor.

Con sus investigaciones Hipólito, que ha publicado más de 20 artículos en revistas internacionales, busca desmontar mitos del ideario popular, como que la adicción es un acto voluntario, que sólo se vuelve adicto el que quiere. A su juicio, la adicción es un trastorno psiquiátrico y así lo demuestran estadísticas como que únicamente alrededor de un 12 % de las personas que usan drogas desarrollan después una adicción. ¿Y si no es un acto voluntario? ¿Qué incide? Hipólito cree que deben existir factores genéticos que confieran vulnerabilidad a ciertas personas, o protección a otras.