El acuerdo de competitividad 2019-2021 de Ford en Almussafes salió ayer adelante con una considerable contestación interna. De los 7.667 trabajadores llamados al voto ayer participaron casi el 80%, con 3.096 papeletas a favor (51,23%) y 2.482 en contra (41,07%). Hubo 369 votos nulos y 96 en blanco.

Ni las turbulencias que recorren el sector, con una amenaza de retirada de inversiones en Opel Figueruelas esta misma semana, ni el hecho de que el acuerdo pactado sea posiblemente el mejor de la industria del automóvil en España, fueron suficiente para movilizar a la plantilla de forma mayoritaria a favor del ´sí´.

El acuerdo pactado por la dirección y el mayoritario UGT con apoyo también de CC OO contempla una subida salarial del 2,5% en 2019, del 1,5% en 2020 y del 0,5% en 2021, siempre con la cláusula de revisión retroactiva en el caso del que el IPC supere esos porcentajes.

Sin embargo, el pulso que han lanzado los sindicatos STM Intersindical y la CGT casi tumban el acuerdo, como ya ocurrió en 2009. Los críticos señalan que la situación de la planta es lo suficientemente buena como para tener una oferta más generosa y evitar los ajustes vía congelación de pluses y extras. La empresa quiso ligar las subidas salariales a la reducción del absentismo entre la plantilla.

Este plan de competitividad llega poco después de que la multinacional del óvalo haya garantizado a medio plazo la carga de trabajo para la factoría con una inversión de 750 millones para fabricar el nuevo Kuga. Tras el anuncio, la empresa ha exigido ajustes a la plantilla, con vistas a poner a la planta en disposición de lograr nuevos modelos en los próximos años. En estos momentos, la dependencia del Kuga es total, con prácticamente la mitad de las más de 400.000 unidades que la factoría fabrica en estos momentos.