El antiguo Gremi de Fusters de València, ahora denominado Asociación Valenciana de Empresarios de Carpintería y Afines (Asemad), busca inquilino para su histórica sede de València. El presidente de la organización, Alejandro Bermejo, explicó a este diario que la organización no puede hacer frente a los costes de mantenimiento del edificio, «muy grande y una parte del cual no se utiliza». Así que la entidad está analizando fórmulas para rentabilizarlo. Dado que dispone de espacio para ubicarse en la sede de la Federación Valenciana de Empresarios del Mueble y la Madera (Fevama) en el Parc Tecnològic, Asemad se plantea alquilar de forma permanente su actual sede a una entidad privada o pública.

Precisamente, el mes que viene el Gremi de Fusters tiene concertada una reunión en el Ayuntamiento de València en el transcurso de la cual, según Bermejo, propondrán por primera vez esta oferta. Otra opción que baraja Asemad es alquilar el inmueble de forma ocasional para eventos de todo tipo, desde los culturales a jornadas empresariales e incluso bodas y otros festejos familiares.

El edificio, poco conocido en la ciudad, es un palacete de planta rectangular ordenado construir por el citado gremio a mediados del siglo XIX, muy cerca de las torres de Quart de València. En el interior alberga un salón de actos de proporciones monumentales y una altura equivalente a tres pisos. El techo está conformado por un artesonado de 60 cuadros: 15 a lo largo y cuatro a lo ancho. Cada uno de ellos, según el dirigente de Asemad Carlos Sebastià, «es único, porque lo confeccionó un carpintero diferente a los demás con maderas de los pinares de Chelva y Casinos». El edificio, que fue incautado por la dictadura, lo recuperó el Gremi de Fusters con la democracia. A mediados de los años noventa y gracias al Plan Riva, la Generalitat financió la rehabilitación integral del inmueble.