Ni una sombra de arrepentimiento. El presidente del Banco Sabadell, Josep Oliu, ha vuelto a defender la decisión de la entidad de trasladar su domicilio social a Alicante para huir de los efectos del proceso independentista catalán. «Estamos muy cómodos en Alicante», aseguró ayer el banquero durante la presentación de resultados del grupo, que el año pasado cerró el ejercicio con unas ganancias de 801,5 millones de euros, un 12,8% más.

De la misma forma, Oliu niega que se sienta «exiliado» por este cambio de Cataluña a la C. Valenciana, y recuerda que es precisamente en la provincia de Alicante donde la entidad tiene su mayor cuota de mercado. «Uno de cada dos alicantinos son clientes del Sabadell», aseguró.

Al respecto, el banquero insiste en que el Sabadell ya es un banco internacionalizado y con implantación en toda España, por lo que no ve mayor problema por el lugar donde su ubique su sede social. «La sede histórica sigue siendo Sabadell, que es donde nació, pero decidimos cambiar el domicilio social y fiscal por los motivos que ya conocen», apuntó.

Al respecto, también destacó la efectividad de la medida ya que la reversión de la fuga de depósitos que se produjo tras la celebración del referéndum independentista en Cataluña se inició inmediatamente tras anunciar el cambio de sede. «Si lo decidimos un jueves, el lunes siguiente ya empezaron a recuperarse», insistió. Tanto es así que la entidad finaliza el trimestre con 1.200 millones en depósitos más que cuando empezó.

De la misma forma, preguntado por la posibilidad de que el banco vuelva a trasladar su sede a Cataluña afirmó: «Nunca se puede decir nunca jamás pero, del mismo modo que el cambio a Alicante se adoptó por un motivo muy de peso, tendría que producirse un motivo de peso similar» para decidir regresar, «y no lo vemos».

Por su parte, el consejero delegado del Sabadell, Jaume Guardiola, reconoció que la decisión de instalarse en Alicante ha favorecido el negocio del banco en la zona y que notan «más cariño» por parte de los clientes de la zona. Puso como ejemplo «el llenazo» que se registró este miércoles en el acto que la entidad organizó con Rafa Nadal en el Auditorio Provincial.

En cuanto a los efectos de la crisis catalana, Oliu resta importancia a la posible ralentización del crecimiento. Así, desvela que tras el referéndum el servicio de estudios redujo su previsión de avance del PIB para 2018 del 2,8% al 2,5% pero que, posteriormente, en diciembre volvió a subirla.

Ladrillo tóxico de la CAM

Por otra parte, Oliu señala que están negociando con el Fondo de Garantía de Depósitos la forma de acelerar la liquidación del Esquema de Protección de Activos que se concedió al banco para digerir los activos inmobiliarios tóxicos de la CAM. Hace unas semanas ya trascendió que el banco quería vender todo lo que le queda -aproximadamente la mitad de los 24.600 millones que cubría inicialmente- en tres operaciones en bloque pero necesita la aprobación del Fondo.

Oliu también se ha mostrado contrario a un impuesto a la banca para financiar las pensiones y ha señalado que Luis de Guindos sería un buen candidato para la vicepresidencia del BCE.