Iberdrola invertirá 32.000 millones de euros entre 2018 y 2022, según ha anunciado ayer la compañía, que espera alcanzar en 2022 un beneficio neto de entre 3.500 y 3.700 millones de euros.

Más del 90% de las inversiones previstas para dicho periodo se destinará a los negocios de Redes (50%), cuya cifra ascenderá a unos 15.500 millones de euros; Renovables (37%, unos 11.500 millones de euros) y Generación contratada en México (4%, unos 1.400 millones de euros), áreas que aportarán más del 80% del resultado bruto de explotación (Ebitda) en 2022.

Iberdrola espera así alcanzar en 2022 un beneficio neto de entre 3.500 y 3.700 millones de euros y mantener su política de remuneración al accionista, creciente en línea con los resultados. El beneficio neto esperado implicaría alcanzar un dividendo de 0,4 euros brutos por acción al final del plan.

El presidente del grupo, Ignacio Sánchez Galán, consideró que el plan es «totalmente coherente» con la estrategia de la compañía de los últimos años, «al tiempo que aprovecha las oportunidades que brinda el nuevo entorno digital».

Sánchez Galán descartó que el grupo vaya a realizar ninguna gran adquisición a lo largo del periodo de vigencia de su plan estratégico 2018-2022. En una conferencia con analistas para presentar los resultados de 2017 y el nuevo plan estratégico de la compañía, Galán señaló que la hoja de ruta de la compañía no contempla crecimiento no orgánico, salvo que «surjan oportunidades» que no impliquen una salida de caja o ampliaciones de capital del grupo.

El anuncio de las inversiones se produjo en la presentación de resultados de 2017. Iberdrola obtuvo un beneficio neto de 2.804 millones de euros en 2017, un 3,7% superior al de un año antes. La eléctrica propondrá en su próxima junta de accionistas un dividendo total para el ejercicio de 0,32 euros brutos por acción, un 3,2% más que en 2016.

Los títulos de Iberdrola cayeron un 4% en Bolsa, hasta 5,89 euros, liderando los descensos del Ibex 35 en la jornada.