El malestar que ha causado en muchos ámbitos las palabras del presidente del Gobierno, desentendiéndose de la brecha salarial que afecta a las mujeres en España, tiene fundamento. Diversos estudios evidencian la distancia retributiva que sufren las mujeres: el último, el de los técnicos de Hacienda (Gestha), que fijan en un 30% el salario medio de ellas en el conjunto de España, o el recién presentado por CC OO.

Es la consecuencia de que sufran más precariedad, al tener más problemas para incorporarse al mercado de trabajo por cuestiones vitales como la maternidad, o roles sociales que no se revierten como el cuidado de menores y dependientes. Carreras más inestables, luego menos puestos de responsabilidad.

La injusticia se agrava cuando ni siquiera en los puestos directivos existe igualdad salarial. El centro educativo valenciano Florida Universitaria acaba de concluir un estudio en el ámbito de la dirección hotelera donde concluye que la mujer tiene más dificultades de acceso y sufre discriminación salarial en el mismo puesto.

«Los resultados muestran de manera contundente que a la mujer se le exige más requisitos que a los hombres para acceder al mismo puesto. Al hombre, de media, se le piden entre 2 y 3 condiciones; a la mujer, cinco requisitos clave», sostiene Laura Laíz, experta en Turismo y docente de la Escuela de Negocios de Florida.

Expertos de diferentes áreas de esta centro han elaborado un estudio dentro de un proyecto apoyado por la Agència Valenciana de Turisme, con el fin de discernir si existen barreras de acceso a los puestos directivos en el ámbito hotelero.

Según sus conclusiones, en el ámbito de dirección comercial de un hotel, el 95,8% de los hombres tiene un sueldo superior a 1.900 euros. En el caso de las mujeres, ese porcentaje cae al 59,4%. Ocurre lo mismo con el cargo de directos de ventas: el 80% de las mujeres cobra menos de 2.400 euros; el 100% de los hombres encuestados, supera ese salario.

Además de la «desigualdad real en la remuneración», a los autores del estudio les sorprendió que en un ámbito laboral bastante feminizado como la dirección hotelera, la mujer tenga «exigencias mayores» para el cargo. Se trata principalmente de la disponibilidad geográfica y la flexibilidad de tiempo, relata Laura Laíz, algo que no se exige a los hombres para acceder al puesto de trabajo.

«En estos dos puestos [dirección de ventas y comercial] es donde se ve de forma más flagrante la desigualdad. Son las áreas en las que más ha evolucionado la hotelería en los últimos diez años y en la que menos se ha equiparado en género», concluye.